Escuchaba
hoy el debate del ya notorio sacerdote Carlos Pérez con representantes de lo
que él llama pluralidad de la sociedad que no comparte su visión de mundo. En este caso el debate era sobre la legislación
propuesta que establecería el Día de la Oración. A pesar de que dicho sacerdote entiende que
los que se oponen a su forma de pensar son los menos no pierde tiempo para
hacer un “media tour” por las estaciones de radio que se aprovechan de su
actitud adversativa hacia sus opositores.
Para
su beneficio, reproduzco (“copy and paste”) la joya de proyecto de ley 2108 aprobado
por nuestra Cámara de Representantes:
Artículo 1.-Título
Esta Ley se conocerá como “Día Nacional de la Oración
en Puerto Rico”.
Artículo 2.-Decreto
El Gobernador del Estado Libre Asociado de Puerto
Rico, mediante proclama, decretará el primer jueves del mes de mayo de cada año
como el “Día Nacional de la Oración en Puerto Rico”, en el cual la ciudadanía creyente podrá comunicarse
con Dios a través de la oración y meditación, según su fe y conciencia
le dicte, en iglesias, grupos o individualmente.
Artículo 3.-Vigencia.
Esta Ley comenzará a regir inmediatamente después
de su aprobación.
Como verán
la misma enviste al Gobernador de poderes sobrenaturales mediante los cuales nos
permitirá comunicarnos con Dios, aunque no aclara a que deidad se refiere. Parece que por la vía legislativa se pretende
enmendar el Evangelio de Juan donde Jesús le dijo a sus apóstoles: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie
viene al Padre, sino por mí.”
Irónicamente,
aprueban un Día de la Oración, cuando lo que deberíamos establecer es un “Día
de la oración”. No la oración religiosa
de carácter místico a la que se refiere dicho proyecto de ley, sino a la oración
gramatical que le permite al ser humano comunicarse haciendo uso del lenguaje,
elemento principalísimo que propicio el desarrollo de nuestra sociedad.
Una
definición aceptada para el concepto oración es el siguiente:
La Oración es el fragmento más pequeño capaz de
comunicar una idea completamente y mantener su independencia sintáctica. Está
formada por:
Sujeto: realiza la acción del verbo
Predicado: indica lo que hace el sujeto
Sujeto y predicado concuerdan en número y persona.
Los mismos legisladores que nos quieren
imponer sus creencias religiosas, innecesariamente ya que la Constitución ya
establece la libertad de credo, deberían aprobar no solo un “Día de la oración (gramatical)”
sino promover que nuestros niños aprendan a construir oraciones con sentido
desde pequeños. Los exhorto a que pongan
atención a las entrevistas que les hacen a estos legisladores y evalúen si sus
expresiones cumplen con los elementos básicos de lo que es una oración cuando
contestan las preguntas que les hacen.
Habrán notado que de nuestros 78
legisladores una minoría es la que domina el debate político. La mayoría de ellos se limita a lo que
seguramente hacían en sus años escolares, copiarse lo que los que hacen su
tarea presentan, dar su firma para aparecer como coautores de proyectos que
posiblemente ni leen (lo hacen sus ayudantes) y luego servir elemento
decorativo (como l@s model@s en conferencias de eventos deportivos o artísticos)
en las conferencias de prensa donde se solidarizan con el que si puede hilvanar
sus pensamientos con oraciones completas.
Lamentablemente, en este caso se unen por
un lado la ignorancia y “jaibería” de los políticos aprobando proyectos simpáticos
y por otro lado las actitudes más conservadoras y retrogradas del sector
religioso que prefiere que el Pueblo recurra más a la Oración que promueve la resignación
y el conformismo a la oración que promueve el intercambio de conocimiento y el
crecimiento intelectual del ser humano.
Si por el Padre Pérez fuera, todavía estuviéramos escuchando Misa en latín.
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