Mantener el Status Quo es una fuente de empleo y
riqueza para la clase política.
Contratos de asesoramiento, viajes pagos en primera clase a Washington,
D.C. para “convencer” o “desconvencer” congresistas; a la Organización de las
Naciones Unidas en Nueva York, a defender las bondades del “pacto”, a denunciar
el engaño de los EEUU al aprobar el ELA, etc. etc., así como viajes a Latinoamérica
para buscar el apoyo a la independencia, obviamente, pagos por el partido con
el fondo electoral. Por otro lado, es
tema para escribir innumerables libros, y para mantener la sucesión del poder y
las influencias de padre a hijo, y ya vamos por los nietos, ustedes los
conocen.
Se supone que en Puerto Rico, posiblemente un caso
único, existen tres (3) partidos ideológicos (en cuestión de estatus): dos (2)
partidos cuyo fin principal es adelantar su ideología sobre el estatus final
que debe lograr Puerto Rico y otro que defiende la permanencia, más o menos
inalterada, de la condición actual de territorio no incorporado, posesión del
Congreso, colonia, Estado Libre Asociado, escoja usted el nombre. Sin embargo, luego de más de un siglo de la
existencia de diversos partidos políticos que han evolucionado en los partidos
actuales el estatus continua en discusión, lo que de por si no representa un
problema. Después de todo en estados de
los EEUU y provincias de Canadá, donde no existe un problema de estatus
político existen movimientos secesionistas.
El problema en Puerto Rico es que la discusión del estatus es una
distracción para mantener al Pueblo ignorante de los problemas subyacentes,
algunos causado por el mismo estatus y otros, que aunque no son directamente
causados por el estatus son problemas que la clase política es incapaz de
resolver y se le achacan al estatus y como consecuencia al partido político que
defiende o apoya la opción que causa o pudiese agravar dichos problemas.
Veamos como los tres partidos actuales hacen todo
lo posible por no resolver el estatus:
Partido Popular Democrático – Partido fundador del
estatus actual y obviamente emocionalmente atado con su permanencia. El único cambio que toleraría el PPD tendría
que venir a manera de evolución Darwiniana con el pasar de las generaciones (ya
van al menos 3 desde la fundación del ELA) motivadas por las fuerzas económicas
y políticas, lo que no significa necesariamente el mandato del Pueblo, y
obviamente, el posterior visto bueno Congresional. El punto de vista del PPD es uno complejo ya
que mientras por un lado los lideres (los que mandan de verdad, no los que
necesariamente ocupan puestos) mantienen una postura que raya entre la mera
sumisión y resignación a mantener el ELA como esta hasta posturas
semi-estadistas, existe una camada creciente de funcionarios electos (que no
necesariamente son los lideres) que manifiestan un nacionalismo y aspiraciones
políticas semi-independentistas, aunque muchos de ellos defienden la
permanencia de la ciudadanía americana, una contradicción de por sí sola.
Lamentablemente, aunque entre esta camada están
ciudadanos serios y respetables, ninguno da el paso adelante para reclamar el
respeto a la posición “oficial” del PPD referente al desarrollo autonómico del
ELA para ampliar sus poderes y restringir la injerencia federal sobre los
asuntos locales a un mínimo. Por el
contrario, en lugar de defender su postura ideológica, han tomado como bandera
la defensa de la “asamblea constitucional” o “asamblea de estatus”, o como
quieran llamarla, frente a la insistencia en continuar realizando referéndums o
plebiscitos (nomenclatura que utilizan para matar media hora y entretenernos en un programa de radio
explicándonos la etimología y la diferencia entre ambos términos). ¿Y que es la asamblea constitucional o de
estatus? Parafraseando el refrán referente
a los abogados, “donde hay 2 populares hay tres definiciones de la asamblea
constitucional”. O sea, significa lo que
le dé la gana al que la defina, si es que alguna vez llegara a existir mayoría
en la Legislatura para aprobar una ley por encima del veto del Gobernador que
difícilmente alguna vez será realmente autonomista. Cabe señalar ni siquiera el Lcdo. Aníbal
Acevedo Vila, que para apelar al voto independista en su momento electoral más
oscuro al enfrentar un juicio en el Tribunal Federal, manifestó su apoyo a la
soberanía del pueblo, es realmente autonomista ya que su definición de autonomía
es que el Pueblo (los ciudadanos individuales) podía elegir, y debía respetarse
su deseo, seguir manteniendo la relación actual con los EEUU, no necesariamente
reclamar la soberanía de la Nación de manera colectiva y mediante la facultad
de sus instituciones para resolver los problemas internos y atender las
relaciones exteriores, incluyendo la relación con los EUU, si decidiéramos tener
alguna.
¿Porque esta camada no se desliga del PPD? Miedo a que los consideren independentistas,
no necesariamente, ell@s declararan abiertamente su ideología. ¿Cuál es el problema entonces? Organizar una maquinaria política,
funcionarios electorales, tener que lidiar directamente con el pueblo que los
llevaría al poder exigiría de ellos los típicos compromisos electorales de
ofertas de empleos, favores políticos (aunque no ilegales, a veces son
inmorales) etc. etc. con sus líderes de barrio, pasquinadores, avanzadores, etc.
etc. Un candidato sin funcionarios es un
candidato derrotado, y si a la misma vez causan la derrota del partido
original, eso les valdrá el rechazo y repudio de los pocos funcionarios de su expartido
que resulten electos, o sea, se cierran las oportunidades de las igualas y las
influencias que pudieran reclamar por pertenecer al liderato de un partido de
mayoría.
Así que entre la doble controversia de definir cuál
es el nivel de autonomía que se desea y por otro lado definir el mecanismo de
consulta para reclamar la misma, el PPD nos ha mantenido y nos mantendrá
entretenidos y estancados “dándole vueltas a la noria”.
Partido Nuevo Progresista – Hace menos de dos (2)
anos termino el cuatrienio donde por primera vez el PNP gozaba del control
absoluto de las instituciones del Gobierno de Puerto Rico: (1) Gobernación, (2)
Legislatura, (3) Tribunal Supremo, (4) Procuradurías, (5) Contraloría, (6)
Universidad de Puerto Rico, (7) Alcaldías, (8) Comisaria Residente, etc.
etc. Bueno, ustedes saben el nombre
vulgar que ese “ilustre prócer” Jorge de Castro Font le dio: “BANQUETE
TOTAL”. Pregúntense ahora ¿porque con
ese dominio total y poder absoluto el PNP no impuso un referéndum “ESTADIDAD o
INDEPENDENCIA” en el 2009, como impusieron la Ley 7 y la Ley 70, los despidos y
decisiones impopulares que afectaron a miles de puertorriqueños? ¿Miedo a perder? Imposible, en ese momento el empuje estadista
era fuerte y la suma de los electores PNP’s y la facción conservadora del PPD
le darían un triunfo claro a la ESTADIDAD.
Eso le hubiera dado un mandato contundente al Gobierno y tres (3) anos
para reclamar la igualdad que tanto predican, inclusive a implantar el famoso
“Plan Tennessee” liderado por el Comisionado Residente que podría ser el
portavoz de los “congresistas” puertorriqueños y que podría tomar/reclamar/forzar
las acciones necesarias para lograr la entrada de sus “colegas” congresistas al
hemiciclo, claro está, ateniéndose a las consecuencias legales, y posibles
repercusiones criminales, si los acusaran de entrada ilegal y los acusaran bajo
el “Patriot Act”. Sería interesante ver
a dichos representantes del deseo nacional de la asimilación ser arrestados,
esposados y encarcelados. Como los llamarían
entonces: ¿presos políticos o políticos presos? ¿terroristas o patriotas?
¿Porque se esperó al último año del cuatrienio y
simultáneamente con las elecciones generales para celebrar un plebiscito cuyos
resultados no iban a indicar un mandato claro hacia ninguna de las opciones?
Primero, se utilizó el espíritu ideológico de los afiliados del PNP para
atraerlos a votar. ¿No hubiese sido el
postre perfecto para el “banquete total”?
La razón es simple, no lograr nada en tres (3) años hubiese sido como una
bofetada o un balde de agua fría para el movimiento estadista. ¿Que repercusión tendría esto? Pues que el liderato del PNP se quedaría sin
un discurso que lo diferencie del liderato del PPD, ¿cumpliría el sumo
sacerdote del PNP, Carlos Romero Barceló con su “amenaza” de que si no le
dieran la estadidad seria independentista?
Se convertiría en líder de una nueva facción libertaria, algo así como el
WASP (Washingtonian Armored Separatist Party)?
La improductividad del PNP le hubiera dado un mandato claro al PPD para
acabar con las consultas y tirarse de pecho a la “asamblea constitucional de
estatus” para negociar el grado de autonomía que se desea para PR, claro, bajo
el ELA. ¿Qué haría el liderato del PNP,
se insertaría en el proceso? Bueno, si
les pagan dietas y hay contratos para asesores seguro que pueden contar con
ellos. ¿Se limitarían a defender la ciudadanía
americana y la permanencia del Servicio Postal?
En el peor de los casos, en ausencia del elemento unificador del PNP no sería
de extrañar que surja un sismo interno y se divida el PNP entre la facción de los
que de corazón todavía creen que Puerto Rico merece la estadidad que seguirá luchando
por su ideal y la facción del liderato oficialista que buscara seguir
administrando el presupuesto y las sobras del banquete total.
Por eso el PNP nunca buscara resolver el estatus, porque la apuesta es a
todo o nada, y ante el temor de perderlo todo, prefieren seguir entreteniéndonos
con el discurso anticolonialista en contra del PPD y seguir jugando a las
sillitas mientas se reparten los puestos y el presupuesto.
Partido Independentista Puertorriqueño – Desde su fundación
este partido no ha hecho más que perder adeptos y líderes. Ni siquiera quedan inscritos en las
elecciones y de manera inmoral se amparan en el derecho natural a la independencia
para justificar legisladores y fondos electorales. Su gran logro ha sido que dirigentes
internacionales declaren que desean la descolonización de PR. Irónicamente, su apuesta es a la inacción ya
que esperan que uno de los dos partidos de mayoría tome una decisión sería para
reclamar un acto de descolonización para que cuando los EEUU le niegue a PR su petición,
el Congreso decida unilateralmente darnos la independencia.
El PIP simplemente no cuenta para resolver el
problema del estatus. Si se resuelve sera a pesar de ellos.
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