viernes, 9 de enero de 2015

La Trata Humana en Puerto Rico

Antes que nada, el texto incluye varios "hyperlink" a páginas donde se discute el tema y se ofrecen cifras relacionadas a esta problemática.   Deben oprimir el texto subrayado y luego oprimir sobre el enlace.

A raíz de la proliferación de mensajes a los cuales estamos siendo expuestos en cuanto a esta problemática, que algunos alegan es grave en Puerto Rico, decidí buscar información relacionada a la misma.  Entre la información que pude encontrar se encuentra el estudio que la Fundación Ricky Martin en colaboración con la Universidad de Puerto Rico y el “Protection Project” de la Universidad John Hopkins (estudio FRM).  En el mismo se incluye la siguiente definición de lo que es la trata humana:

La captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pago o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación.  Esa explotación incluirá, como, mínimo, la explotación de la prostitución ajena u otras formas de explotación sexual, los trabajos o servicios forzados, la esclavitud o las practicas análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos. 

Conforme a esta definición, la trata humana requiere de varios elementos básicos: 
  1. Pérdida de control de una persona sobre la conducta propia o de un dependiente ante una tercera persona ajena o conocida.
  2. La incapacidad de esa persona de terminar con el control que la tercera persona ajena ejerce sobre ésta.
  3. La explotación de esta persona para el beneficio de la tercera persona.

 Notará la amplitud de esta definición lo que, a mi entender, ha dado paso a en cierto modo exagerar la magnitud del fenómeno de la “trata humana” al englobar bajo esta definición una serie de conductas inmorales, ilegales, negligentes o de pura ignorancia que en cualquier momento cualquiera de nosotros podríamos cometer sin percatarnos.  Analicemos este ejemplo: 
  • Un famoso fotógrafo de niños con un estudio perfectamente legal busca clientes (captación) para tomar fotos artísticas de bebes.
  • Como padres, llevamos (trasladamos) a nuestro bebe (bello y precioso, el más perfecto del mundo) para que le tome una serie de fotos solo y con la familia.
  • El fotógrafo nos recibe (acogida) en su estudio y nos toma las fotos familiares que interesábamos.
  • Este famoso fotógrafo nos hace un acercamiento para que le permitan tomarle una serie de fotos “artísticas” (como llaman a los desnudos que le toman a las modelos) a nuestro bebe, inclusive, nos ofrece pagarnos (beneficios) por permitirle usar a nuestro bebe bello y precioso de modelo.
  • Inclusive, nos muestra una serie de “fotos artísticas” que “otros clientes” le han permitido tomar (coacción).
  • Abrumados por el acercamiento, y posiblemente necesitados de un ingreso adicional, (vulnerabilidad) accedemos que le tomen una serie de fotos a nuestro bebe desnudo.
  • Se toman las fotos y regresamos a nuestro hogar felices.  Meses más tarde, vemos con horror que un operativo policíaco contra la prostitución y explotación sexual realizó en el estudio de ese fotógrafo encontrando en su computadora miles de fotos de bebes desnudos que tomaba de sus clientes y luego publicaba en una página cibernética de pornografía infantil para pedófilos que administraba desde su estudio y que era su real fuente de ingresos (explotación).  El reportero indica que el fotógrafo llevaba un registro de la información de los bebes y que no se descarta la citación de los padres de los bebes como parte de la investigación. 
Como podrán percatarse, este ejemplo incluye todos los elementos esenciales para clasificar este suceso como uno de “trata humana” en su modalidad de pornografía infantil.  Usted pensará, los investigadores van a saber que un padre jamás haría eso conscientemente.  El problema es que cuando se haga la investigación, el fiscal que lo entreviste no lo conoce, no es su vecino ni familiar cercano, posiblemente ni hable español.  Imagine, a su vez, la jauría de periodistas buscando obtener declaraciones de los padres que salen en “shock” cuando se percatan a lo que expusieron a sus bebes y los fotoperiodistas tomando fotos de sus rostros desencajados sobre las que el público en general dirá: “tiene cara de culpable”, “ese es un degenerado”, “sabe Dios que más le han hecho a su bebe”.  Algunos pensarán: “pobres padres, como abusaron de su confianza para aprovecharse de sus bebes”.  Sin embargo, dándole seguimiento a la noticia, un reportero publica que algunos padres tuvieron múltiples sesiones de “fotos artísticas”.  Todo ésto bajo la presunción de que  sus bebes, preciosos y únicos, se merecen ser famosos y de que de una vez obtienen un ingreso adicional.  ¿Qué creen ustedes que alegará el fiscal cuando cite a esos padres?  Muy probablemente radicará cargos contra éstos por asociación con el fotógrafo para explotar a sus bebes.  Posiblemente salgan inocentes, pero quedarán marcados moralmente y más empobrecidos por los gastos legales del caso.

Volviendo al contenido del estudio FRM, éste nos ofrece las siguientes cifras: alrededor de 2.7 millones de personas son víctimas de este nuevo tipo de esclavitud moderna, que el impacto económico incluye entre $5,000 y $7,000 millones solo por el tráfico y sobre $32,000 millones una vez las personas llegan al lugar donde serán explotadas.  Recordemos que estas cifras son a nivel mundial.  Afirma el estudio FRM que aparentemente en PR hay un desconocimiento de la naturaleza de la problemática la cual adjudica a una confusión con el problema de “tráfico ilícito (ilegal) de personas”,  problemática que envuelve facilitar el traslado de personas de manera ilegal de un país a otro, o sea como “coyotes” en el caso de la frontera EEUU-México, así como un fenómeno reciente en el Viejo Mundo donde bajo engaño se facilita a inmigrantes ilegales el acceso a barcos con la promesa de llevarlos a países ricos de Europa, lo único que en lugar de desembarcarlos en un país de Europa lo traficantes dejan los barcos a la deriva navegando con el sistema de piloto automático.  Es esta alegada “confusión de términos”, lo que el estudio concluye, lo que impide establecer medidas de política pública y legislación efectiva para combatir la problemática de “trata humana” que define el estudio, aunque en varias ocasiones, el propio estudio RMF reconoce la falta de estadísticas confiables.

A los fines contrastar esta información busqué otras fuentes o publicaciones donde se discutiera esta problemática.  A continuación incluyo el texto de un reportaje en una página electrónica holandesa sobre este tema:

Trata de blancas: la moderna esclavitud

El tráfico ilegal de personas es un negocio criminal que podría haber superado al tráfico ilegal de armas y drogas. La OSCE instó a los países miembros a contabilizar las víctimas de ese delito.

La trata de blancas es una de las principales fuentes de ingresos de la criminalidad organizada a nivel mundial. Según estimaciones de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, OSCE, el tráfico ilegal de seres humanos podría ya haber superado al de armas, al haber alcanzado en el 2005 un volumen de negocio superior los 32.000 millones de dólares anuales, un negocio en el que son explotados 2,5 millones de personas.

La mayoría de las víctimas son mujeres y niños que caen en manos de criminales sin escrúpulos. Son explotados sexualmente y obligados a trabajar en condiciones de esclavitud. Se estima que más de la mitad de las víctimas son menores de 18 años y no hay país que se salve de esta moderna forma de esclavitud.

Observe que este artículo maneja las mismas cifras que el estudio RMF y el mismo adscribe las mismas al fenómeno de “trata de blancas” conocido también por “tráfico ilegal de personas”.  O sea, que las cifras que el estudio RMF adscribe a un fenómeno de “trata de blancas local” que en resto del mundo está más relacionado al fenómeno de transporte de personas entre países para su explotación.  El estudio RMF incluye como “trata de blancas local” actos de maltrato doméstico intrafamiliar, así como actos de negligencia y/o sobre confianza ante instituciones o personas de poder o autoridad que traicionan la confianza de padres para aprovecharse de menores, aunque no necesariamente explotarlos comercialmente.

Esta situación de confusión de términos es similar a la que ocurre en el caso de crímenes de odio y crímenes de violencia doméstica.  Como cándidamente argumentó un oficial de la Policía en una entrevista radial “todos los crímenes son de odio”.  Lo que es correcto, el tildar un crimen como “de odio” o no solo tiene un efecto sobre agravante al crimen, pero no exculpa al criminal.  Igualmente sucede con los crímenes por violencia doméstica, los que las líderes feministas catalogan de feminicidios.  Nuevamente, el que se catalogue o no, de cierto modo no es una exoneración ni subestimación de un acto barbárico como tomar la vida de una mujer indefensa.

Otras fuentes disponibles manejan cifras similares:



La trata humana consistía, en su expresión más reciente, mayormente como la captura de personas africanas y su uso como esclavos en el Nuevo Mundo.  Otra modalidad de esclavitud lo es lo que se conoce como la “trata de blancas” en la cual se explota mayormente mujeres y niños.  Con la abolición de estos tipos de esclavitud como actividad comercial legal ha surgido y se han identificado una serie de actividades, ilegales de por sí, o encubiertas como parte de actividades legales las cuales se han englobado bajo el concepto moderno de “trata humana”.  De unos años para acá, se ha desarrollado un movimiento para denunciar lo que se identifica como el “grave problema de trata humana” que existe en Puerto Rico.  Como puertorriqueño, reconozco que me resultaría desagradable la idea de aceptar que en efecto dicha problemática sea una rampante en Puerto Rico.

No obstante, mi negativa a aceptar esta posibilidad no proviene de una ceguera social o actitud de negación, sino más bien del contraste con la connotación que se le da al concepto de trata humana en otros países con la problemática que se denuncia en Puerto Rico, que no deja de ser preocupante, pero que en mi opinión no es de la naturaleza o magnitud de la observada en otros países.  Aquellos que han tenido la oportunidad de ver noticieros o programas de actualidad social de países extranjeros, incluyendo como se trata la temática en series televisivas de carácter detectivesco y policial se habrán percatado que en estos países se presenta mayormente la problemática mayormente de mujeres de escasos recursos que son engañadas haciéndoles creer que en países extranjeros van a recibir el apoyo de compatriotas que haciendo uso de sus contactos les van a facilitar la obtención de un empleo y de mejores condiciones de vida de las que tienen en su país de origen.  Lo más deprimente de este fenómeno es que son precisamente personas naturales del mismo país de origen de las mujeres engañadas las que se benefician de ellas y las maltratan.  Es notoria la explotación de mujeres provenientes de países de la antigua Unión Soviética en países como España y Francia.  Le incluyo los siguientes enlaces de noticias que ilustran la magnitud de este fenómeno en España en el caso de mujeres rumanas y de diverso origen.
  
Cuando comparo la problemática descrita en esas noticias me resulta difícil pensar que en Puerto Rico exista una problemática de similar magnitud o naturaleza donde las mujeres son explotadas en contra de su voluntad, y además son maltratadas por aquellos que las explotan.  Como muy bien menciona el estudio FRM, en Puerto Rico, este fenómeno se da mayormente con mujeres extranjeras, mayormente dominicanas y colombianas.  Sin embargo, la historia de esta actividad en Puerto Rico no refleja actividades de “importación” bajo engaño de mujeres ni abuso de éstas por parte de sus “administradores”.  De hecho, las intervenciones policiales “pro forma” se limitan a intervenir algunos de los pocos lugares de prostitución, per se o disimulada, que todavía quedan en la Isla, encierran las mujeres y los clientes para poco después quedar en libertad y volver a la misma actividad.  ¿Se les retiran las licencias comerciales a estos locales? ¿Se clausuran o confiscan estos edificios?  No, solo se interviene de manera simbólica para quedar en record y no porque el Estado necesariamente aborrezca este tipo de actividad y considere una prioridad su erradicación.  El fenómeno que se observa en PR es la típica prostitución femenina (aunque aparentemente la prostitución masculina va en aumento) que ha existido siempre,  no necesariamente de mafias que exportan mujeres y las tienen cautivas.  No menos preocupante, pero no de la magnitud y naturaleza de lo que se conoce como “trata humana”.

De acuerdo al estudio FRM, en Puerto Rico se dan múltiples manifestaciones de la problemática de trata humana, que de ser ciertas, ciertamente nos desmoralizarían y ciertamente nos llevaría a cuestionarnos si en realidad esta alguna vez ha sido la Isla del Encanto.  Ciertamente algunos de los casos identificados en este estudio podrían considerarse  como “trata humana” inclusive a la luz de la experiencia en Europa, no obstante, hay casos que entiendo que no representan casos que ejemplifiquen lo que se considera trata humana, sino otro tipo de problemáticas socio-económicas y culturales que pudieran implicar conductas de explotación no deseada de seres humanos.

Analicemos los ejemplos que da el estudio FRM, que presumo deben ser representativos de la gravedad de los casos detectados: 
  1. Entrada ilegal de dominicanos y cubanos – es harto conocido este fenómeno, contrario a la implicación del estudio  FRM de un fenómeno invisible, sin embargo no se mencionan casos específicos que se asemejen a los expuestos anteriormente que ocurren en Europa. 
  2. Entrada ilegal de extranjeros para fines laborales – se menciona el caso de las fincas de camarones de Dorado donde alegadamente estos extranjeros eran cautivos para todos los efectos. 
  3. Trata de menores – se menciona una noticia de una publicación digital y se indica que en 2007 que se introdujo a Puerto Rico y EEUU 148 menores, aunque la única relación directa con nosotros es que se arrestó a una mujer en PR que alegadamente participaba de este esquema y que alegadamente mujeres puertorriqueñas participaban del esquema.  Sin embargo, de la noticia no se desprende que hubiera un propósito de explotación de los menores.
  4. Jóvenes puertorriqueños engañados que son llevados al este de EEUU con el consentimiento de sus padres. – Aunque indica que se conoce de esta situación no menciona un solo caso específico. 
  5. Explotación sexual de mujeres dominicanas – un fenómeno harto conocido, pero como el mismo estudio FRM reconoce, no hay informes oficiales que puedan demostrar que esto sea parte de una organización dedicada a la trata humana contrario a la prostitución individual y “voluntaria” (si es que podemos decir que alguien puede decidir prostituirse como opción de vida) 
  6. Explotación sexual de menores por parientes (Liza) – prostituida por su madre desde los 5 años y fue abusada por varios de sus familiares varones.  En un momento dado llega a un hogar donde la tratan bien pero luego la madre la reubica con una familia acomodada donde el dueño abusa de ella.  Olvidándonos del tecnicismo de que no tuvo que salir de su país, este caso constituye un caso que podría catalogarse de trata humana aunque, claro está, de haberse detectado y denunciado, seguramente habría legislación, tanto estatal como federal, para procesar a los involucrados, contrario al planteamiento de que hace falta legislación para atender esta problemática.  No debemos confundir impunidad con legalidad.  Ciertamente es alarmante este caso, pero más aún alarmante es lo que narra sobre su encuentro con un primo policía que alegadamente se dedica a investigar casos de prostitución para someter casos y con el cual se acuesta como cliente y luego de consumado el acto él le pregunta si es su prima Liza.  De ser cierto este relato se confirma la falta de interés real del Estado en atender esta problemática, o por lo menos, pone en entredicho el carácter moral de este “agente” de la Policía. 
  7. Explotación sexual de menores por parientes (niña de 10 años) – esta niña era obligada a sostener relaciones sexuales con un hombre de 73 años a cambio de beneficios económicos para la madre.  Otro caso que, efectivamente, puede ser catalogado de trata humana. 
  8. Explotación sexual de menores en hogares sustitutos (Ana) – aunque menciona cifras alarmantes de irregularidades en estos hogares, menciona un caso (Ana) que aunque alega fue hostigada sexualmente y que tuvo contacto con drogas, por otros jóvenes del hogar, alega que nunca fue explotada ni violada, aunque es grave la situación dista mucho de ser trata humana. 
  9. Explotación sexual de menores en hogares sustitutos – en un hogar el dueño abusaba de las niñas y los niños, a este se le radicaron 90 casos y se le impusieron 100 años de prisión, claramente abuso de menores, pero no es trata humana, a menos que se acuse al Gobierno de ser el traficante que le facilita, presumo que por negligencia más que intencionalmente, a los dueños de hogares los menores para que abusen de ellos, acusación sumamente seria y que aparentemente se insinúa en el mismo estudio. 
  10. Organización Kamaria – las cifras que ofrece esta ONG que da apoyo a “trabajadoras del sexo” (incluyendo menores) que han pasado por hogares sustitutos sin haber recibido rehabilitación.  Esta ONG afirma que el 70% de sus clientas han pasado por 15 hogares sustitutos o más.  Estas cifras pretenden justificar la afirmación de que “hasta cierto punto, los hogares sustitutos se han convertido en una forma de negociación de niños y niñas y como fuente de ganancia, una solución económica por medio del auspicio gubernamental”.  La cifra que ofrece esta ONG no debe sorprendernos, de igual manera que si fuera un centro que da servicios a jóvenes con diabetes y alta presión encontraríamos que una alta proporción vendría de hogares donde se consumía mayormente “fast food” y no se le imponían límites al consumo de dulces.  Las niñas que son removidas de sus hogares ciertamente no han vivido los mejores ejemplos de parte de sus padres, en el mejor de los casos, y han sido abusados o explotados por ellos, en el peor de los casos, así que no resulta extraño que les sea difícil reformarse, aún bajo las mejores condiciones y con las mejores intenciones de sus nuevos tutores.

De los ejemplos enumerados anteriormente no se desprende una problemática de “trata humana” excepto en aquellos casos de abuso de menores que tienen su origen de familias disfuncionales, no necesariamente un fenómeno de rapto de niños.  Este fenómeno de familias disfuncionales se ilustra claramente en un caso discutido en el estudio FRM un caso de trata humana en su modalidad de “explotación laboral”.  En este caso se habla de un niño que era maltratado por su madre, sus padres se divorcian y su padre lucha por lograr la custodia del niño.  Uno pensaría que el niño estaría agradecido y el padre se interesaría por su crianza.  Según narra el niño, a la edad de 12 años comienza a fumar marihuana, luego narra que llegó a usar “pali”, “Percocet” y “perico”.  Narra que se involucró en actividades de robos de identidad, robos en escuelas, manejo de armas, amenaza a terceros, todo ésto con el apoyo y reconocimiento de jóvenes mayores que él y con pleno conocimiento de su padre que le advertía: “Guárdate que así no vas a durar hasta los 21.  Tienes una vida al garete, escucho rumores de ti.”  Sigue narrando el joven que se dio cuenta de que no le convenía seguir esa vida y a los 17 años conoció a Cristo, va a la iglesia y está rehabilitado.  Uno pensaría, el niño rehabilitado agradecería a su padre haberlo liberado del maltrato de su madre y le pediría perdón por ignorar sus consejos.  Sin embargo, resulta que regreso a vivir con su madre y como final feliz, aspira a ser biólogo marino.  No sé, pero ésta debe ser la historia de perdición, rehabilitación y redención más acelerada de la que tengo conocimiento.  Claro está, asumiendo que lo que narra el joven es cierto.  De ser cierto, se descarta como caso de “trata humana” ya que no se alega que los padres se beneficiaran de permitir a su hijo involucrarse en esas actividades, el joven no alega haber sido maltratado o forzado a realizar las mismas, y finalmente, sin que se indique que tuviese algún problema, logra salir de esa vida de delincuencia.  La alegada actitud del padre ilustra la disfuncionalidad de esa familia ya que el joven no alega que su padre haya sido influencia o ejemplo para su conducta pero es evidente su incapacidad para controlar a un niño, a menos que su lucha por quedarse con el niño fuese solo por una actitud de venganza contra la madre, más que una de proteger al niño.

El problema de la juventud involucrada en actividad delictiva y de distribución de drogas no se da dentro de un marco de “trata humana”.  Aquí no se secuestran niños para trabajar en puntos de droga, suficientes hay disponibles y hasta deseosos de hacerlo.  Es hora de que reconozcamos que Puerto Rico es un país pobre en el cual una gran clase social que, por décadas y generaciones, ha sido dependiente de las ayudas del Gobierno y que no se resigna a sobrevivir sino que aspira a tener las mismas comodidades que el resto de la población que trabaja y vive con cierta comodidad, como le sea posible.  Si a ésto le añadimos la cultura consumista donde se glorifica la acumulación de bienes, riqueza, y la adquisición del último modelo de todo (zapatillas, camisetas, Iphones, “tablets”, consolas de juegos, autos, etc., etc. etc.) es natural que los jóvenes de esta clase social busquen la manera más “fácil” y rápida de ganar dinero.  En esta actividad se involucra toda la comunidad, unos por miedo, otros porque se benefician indirectamente y otros se benefician directamente.  Puede ser que una minoría levante su voz de alerta, pero la mayoría, en el mejor de los casos, mantiene silencio sobre dichas actividades delictivas.  ¿Hacen ésto porque sean malas personas?  NO, lo hacen para sobrevivir.  Ante los casos de corrupción política, judicial, policiaca, de cuello blanco y ahora de sacerdotes y ministros religiosos, ¿a quién puede acudir una persona preocupada por la problemática que lo rodea?  Hace unos días veía un episodio de la serie “Bones”, donde se trataba esta problemática de minorías marginadas y la fidelidad a las gangas, inclusive por sobre la propia familia.  En este episodio, el psicólogo de la serie identifica a un niño de una comunidad marginada porque éste asiste a un centro donde él ayuda a grupos marginados y le dice al personaje principal que él cree que el niño puede superarse en lugar de hacerse miembro de la ganga de su comunidad.  Ella le contesta que eso es pensar que un niño que se criaba en los tiempos de los espartanos habría decidido no ser un soldado espartano, queriendo decir que ese era su entorno, su modo de vida y ese sería su destino natural.  De hecho, resulta que al final del capítulo el asesino había sido el niño que decidió matar de un disparo a un líder de su ganga que maltrataba a su mama, y a pesar de ésto, la mamá lo rechazó y le recriminó su acción.  O sea, que no estaba equivocado el personaje principal: el niño vivía rodeado de violencia y con violencia resolvió su problema, como el “hombrecito de la casa” que era responsable de proteger su familia.

La problemática de niños y jóvenes que provienen de familias disfuncionales y que caen en manos del crimen, el narcotráfico y la drogadicción es análoga al problema de moscas que causaría un árbol silvestre de guayaba.  Si del árbol no se recolectan las guayabas y simplemente se les dejan caer y podrirse no importa cuánto insecticida usemos para matar o alejar las moscas.  El problema no son las moscas, como no lo son los jóvenes, el problema es que al igual que el árbol se deja silvestre y no es cultivado, a la juventud se le deja por la libre y no se le encamina por una ruta de provecho y no tiene expectativas de progreso.  El escenario extremo para solucionar ambos problemas implica erradicarlos de raíz, literalmente en el caso del árbol; eliminado el árbol se eliminan las frutas que atraen las moscas, y en el caso de los jóvenes habrían 2 soluciones igual de radicales o utópicas: (1) prohibir que parejas que no estén preparadas tengan hijos, o (2) erradicar la pobreza material que llevó a una clase social a la pobreza espiritual que propicia que sus jóvenes sean susceptibles de ser seducidos por la solución “fácil” y rápida de ganar dinero mediante el narcotráfico o de evadir sus problemas mediante la drogadicción.  Por tal razón, mientras no se corrija la raíz del problema, no importa los programas de apoyo y los centros de rehabilitación, la mayoría de los jóvenes que desde niños se vean faltos de guía por parte de adultos responsables y del apoyo y cariño de su familia continuarán recurriendo o siendo presa fácil de los explotadores.  Aun en el caso de aquellos que logren rehabilitarse, cuando terminen algún curso de capacitación laboral, o inclusive, logren algún grado universitario y se sientan frustrados porque no encuentran trabajo, ¿a qué creen ustedes que recurrirán para sostenerse o por lo menos sobrevivir?  En un tono positivo siempre nos dicen que la educación no nos la puede quitar nadie, por lo menos este era el concepto para incitarnos a estudiar y superarnos, sin embargo, en el tono negativo, lo mismo es aplicable al mundo de las drogas, el que un joven se gradúe de maestro, de biólogo o de perito electricista, no le borra de su mente el conocimiento que tiene del mundo del narcotráfico, sobre todo si lo adquirió de niño, lo mismo que dicen cuando se recomienda que se le enseñe vocabulario a los niños desde pequeños porque son como esponjas que absorben todo.   Aclaro que en ningún momento estoy planteando que este problema es exclusivo de la clase menos pudiente, pero ciertamente esta es la más vulnerable, ya que, inclusive, asumiendo una actitud cínica, la clase pudiente tiene la influencia para que el Estado vigile sus actividades.  Aun así, en el remoto caso de que uno de sus jóvenes es arrestado por actividades similares éste pueda salir con una desestimación de cargos por tecnicismos, si fuese a juicio tendría a los mejores abogados criminalistas y si saliese culpable, saldría en probatoria o a programas de desvío y sería raro el que fuese a parar a la cárcel como todo ciudadano común y corriente.

El problema de Puerto Rico no es uno de salud mental, ni que seamos menos inteligentes, ni que seamos sinvergüenzas.  Simplemente tenemos una sociedad que es consecuencia de las circunstancias que nos han rodeado desde los tiempos de la conquista española hasta el presente: (1) una economía artificial, inflada por la inyección de fondos externos que no nos cuesta producir y que recibimos y gastamos a manos llenas, (2) un “desarrollo” industrial dependiente de incentivos que no controlamos y que se limita a la importación de materia prima, la manufactura de productos, la exportación de los mismos y la importación para su consumo local.  Imaginen que China exportara su arroz a EEUU, que haya lo empacaran y luego comprárselo para consumirlo, o que los EEUU exportara sus papas a China para que las pelaran para comprárselas y consumirlas, ¿les hace lógica eso?  Pues eso pasaba con las farmacéuticas, producíamos las medicinas de mayor venta en el mundo pero teníamos que comprarlas como un cliente más, ¿Por qué?  Pues porque las supuestas industrias puertorriqueñas no son tales.  Lo mismo que pasa con las estaciones de televisión, no importa que el que da las noticias sea puertorriqueño, los del programa de chisme sean puertorriqueños, inclusive que el presidente sea puertorriqueño, los dueños de la estación son accionistas que posiblemente no saben dónde queda Puerto Rico, y seguramente nunca nos han visitado.  En resumen, para problemas locales, necesitamos herramientas y soluciones locales, seguir dependiendo de otros para solucionar un problema, solo lo perpetua, o causa problemas adicionales.

Traté de leer todo el estudio FRM, pero honestamente me decepcionó por lo que no pude terminarlo.  Por un lado una serie de errores gramaticales y de redacción (no los de las entrevistas donde citan textualmente a los jóvenes usando su jerga) que para un estudio desarrollado por la UPR y la Universidad John Hopkins deja mucho que decir, por el otro, la metodología usada está prejuiciada (“bias”, como dicen en inglés), si hacen las entrevistas en instituciones que dan apoyo a jóvenes que han pasado por la experiencia de ser explotados y maltratados, ciertamente la mayoría reflejará una problemática grave, lo ideal hubiera sido que se hubieran realizado entrevistas a jóvenes de diversas edades, clases sociales, de escuelas públicas, colegios privados, de clubes deportivos, inclusive en universidades y determinar que porciento de estos jóvenes reflejan características o comparten experiencias que permitan determinar si conocen de, si han sufrido, sufren o son candidatos potenciales de sufrir de algún grado de “trata humana”.  Además, en varias ocasiones admiten la falta de estadísticas que apoyen las inferencias que hacen basadas en las entrevistas (prejuiciadas) y le adscriben el adjetivo de “engaño” cuando alegadamente manipulan a jóvenes e inclusive a sus propios padres ofreciéndoles llevarlos (a los jóvenes que son menores) a EEUU para darles inclusive oportunidades de estudios, o bajo circunstancias similares. Otro aspecto que me llama la atención es que no se toca ni con una vara larga la “trata humana” en el mundo artístico, especialmente lo relacionado con el mundo de “reguetón” y sus exponentes, de los cuales el presidente de la fundación es buen amigo como colegas artistas, a pesar de la tangencia, por no decir la íntima entremezcla, que existe entre este género musical y el narcotráfico y la más que evidente explotación sexual de las jóvenes que son exhibidas en los videos como perniles de carne “USDA Choice” y tratadas como prostitutas degeneradas en las canciones.

No sé, tal vez es que mi ignorancia de esta realidad es tal que no me permite ni siquiera admitir la posibilidad de que este fenómeno realmente ocurra en Puerto Rico, tal vez me crie en uno de los tantos Puerto Ricos en que estamos divididos y tuve la buena suerte de tener unos padres que me dieron ejemplo de trabajo honesto, rectitud y de ver el lado bueno de los demás.


Para cerrar, les planteo esta situación para que reflexionen: Imaginen el caso de un ser humano que desea ser padre/madre, sin casarse y posiblemente sin tener relaciones sexuales, de alguna manera identifica y obtiene los óvulos de una mujer físicamente bella, inclusive, podría hacer lo mismo con un “donante” masculino.  Una vez adquiridos óvulos y espermatozoides identifica una mujer saludable que esté disponible a alquilar su vientre para quedar embarazada y dar a luz su(s) hij@(s).  ¿Cómo clasificarían ustedes esta situación?  ¿En que situación socioeconómica debe encontrarse un ser humano para donar algo tan íntimo como la simiente de un ser humano que contendrá su código genético?  Tal vez este sea el aspecto más sencillo en esta situación, ahora ¿cuál debe ser la situación de la mujer que se presta a albergar en sus entrañas un feto por 9 meses, sufrir las malas barrigas, el riesgo (inclusive de muerte) que implica el embarazo y el parto, sentirlo moverse en su interior, ir a las citas prenatales, ver las radiografías y por último verlo nacer para entregarlo al “dueñ@” del bebe?  ¿Qué tal si la que lo dio a luz, inclusive, es su madre biológica genética?

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