Estos recientes días hemos
lamentado la muerte de ciudadanos inocentes que disfrutaban participando de una
actividad recreacional o competitiva que debería resultar relativamente segura,
o al menos eso presumíamos. ¿Hay algo
malo en la forma en que se comportan los conductores de autos o los ciclistas
en la carretera? Sé que dicen que “mal
de muchos consuelo de pocos” pero para ser justos y no seguir martirizándonos pensando
que somos lo peor en todo me di a la búsqueda de estadísticas sobre muertes de
ciclistas en otros países.
A continuación les incluyo
extractos de algunos reportajes y artículos que pude encontrar:
“En
México cada día atropellan a 20
ciclistas y al año 200 de ellos pierden la vida por dicha causa.
“El mismo
estudio muestra que en 2011 por cada 100 accidentes reportados, murieron 23.6 peatones, 3.7
ciclistas y 1.8 motociclistas.”
“En la siguiente
tabla se muestra el número de muertos, heridos y de accidentes en los que
estuvieron involucrados ciclistas de 2006 a 2011."
“La
tasa de mortalidad de los ciclistas
en España, es decir el número de ciclistas fallecidos por cada millón
personas, es de 1,3, la más baja de
Europa.
Esta
situación se produce también en Holanda,
a pesar de tener unas mejores
infraestructuras destinadas a los ciclistas en comparación con las
existentes en España, con una tasa de
10,7 la mayor de Europa.”
“Andar en bicicleta en Chile es más riesgoso que hace cuatro años.
Así lo dice la Organización
Mundial de Salud (OMS) en su reporte 2013, donde se informa que -según los
últimos registros- 144 ciclistas
murieron mientras pedaleaban por la calle: siete más que en el estudio
anterior, de 2009.”
|
Child
|
Adult
|
All
|
Killed
|
6
|
103
|
109
|
Seriously
Injured
|
276
|
2,867
|
3,143
|
Slightly
Injured
|
1,676
|
14,510
|
16,186
|
Total
|
1,958
|
17,480
|
19,438
|
“In 2013, 743 people lost their lives in
bicycle/motor vehicle crashes, just under two people every day of the year in the U.S. This is the
highest number of fatalities since 2006, when 772 were killed, and a major increase
from the 682 bicyclist fatalities reported in 2011.”
Todos estos datos se resumen
en la siguiente tabla:
Como podrán ver, aunque Puerto
Rico no es un país “bycicle friendly” y no existe infraestructura vial para la práctica
segura de este deporte/actividad recreativa, la tasa de mortalidad es
comparable a la de otros países donde el uso de la bicicleta es uno más común que
en Puerto Rico y es un deporte de mayor masificación en la población en
general. Fíjense que inclusive la tasa
de mortalidad en Holanda (uno de esos países nórdicos donde pensamos que todo
es perfecto y tenemos que imitarlos) es casi 3 veces la tasa de mortalidad en
PR. No sé, tal vez el uso de vehículos de
motor sea tan poco que las muertes de ciclistas constituya la mayoría de los
accidentes de tránsito en Holanda. Esto
no lo sé, ni lo voy a buscar, espero que si han llegado hasta aquí les interese
el tema y hagan el esfuerzo de buscar información para apoyar sus opiniones.
Vistas por si solas estas
cifras no aparentan que los accidentes de ciclistas con automóviles tengan algún
impacto más allá del emocional sobre las familias involucradas (no envueltas,
envueltos están los pasteles). Sin
embargo, datos de PR y EEUU reflejan un impacto económico de unos $500,000 y sobre
$4,000,000,000 (si 4 billones o 4 mil millones de dólares) respectivamente.
Hace unos días escribí un
comentario en Twitter sobre la práctica del ciclismo y las probabilidades en
contra que los ciclistas tienen en un accidente. La dama me contestó en tono cínico y molesto
en el sentido de que en el caso específico del reciente accidente en Loiza su
pecado fue practicar un “deporte extremo”.
Bueno, no sé cuál es la definición de extremo en la práctica de los
deportes pero que llamarían enfrentar un peso pluma (Iván Calderón, por
ejemplo) con un peso pesado (Vladimir Klitschko, por ejemplo). La ventaja de este último seria de unas 2
veces en peso y 1.5 veces la altura. Consideren
ahora un auto cuyo peso puede variar entre 3,000-6,000 lbs de peso versus un
ciclista que con todo y bicicleta alcancen unas 175 lbs. Esto representa que la ventaja en peso del
auto versus el ciclista es de entre 17-34 veces, con el agravante que contrario
al boxeo donde se golpea solo con el brazo, en un choque el vehículo golpea con
todo su peso. ¿Que implica esa marcada
diferencia en peso?
Para entender ésto es
necesario entender el principio de conservación de “momentum” en una colisión elástica. ¿De qué hablo? Bueno, básicamente de jugar billar. Cuando golpeamos una bola para que golpee de
frente a otra bola vemos que la primera se detiene y la segunda sale disparada
a la misma velocidad de la primera. Esto
ocurre porque ambas bolas tienen el mismo peso y la primera le transfiere su energía
a la segunda. Aquellos que jugaron
canicas recordaran como las de vidrio salían disparadas cuando las golpeaban
las de metal. En teoría la ecuación que
define esta transferencia de energía es m1v1 = m2v2 que rearreglando se convierte en m1/m2
= v2/v1. Esto nos
dice que la velocidad del objeto 2 (el ciclista) será proporcional a la diferencia
en peso. O sea, que si un conductor va
por su carril a 35 mph y golpea a un ciclista, en teoría el ciclista saldría expulsado
a una velocidad de entre 600-1,200 mph.
Claro ésto sería en el caso “ideal” (desde el punto de vista de la teoría
científica, claro está) pero cualquier fracción de esas velocidades es más que
suficiente para causar daños severos y hasta la muerte, no importa la marca de
la bicicleta, el casco, rodilleras, coderas, etc., etc., etc. No sé para ustedes, pero para mí tratar de
practicar el ciclismo en PR es más extremo que el ejemplo de los boxeadores.
Lo que agrava esta problemática
es que el ciclismo se está convirtiendo en el deporte de muchos “baby boomers”
y de algunos jóvenes adultos en su edad productiva, profesionales con poder
adquisitivo, que arriesgan su vida sin medir el riesgo que corren con tal de
lograr ese “rush” de adrenalina y ese sentimiento de virilidad y juventud que
sienten que van perdiendo con el paso del tiempo o por los compromisos
laborales y familiares típicos de la adultez.
Al igual que los drogadictos necesitan consumir drogas que los aíslen de
sus problemas de igual manera los ciclistas necesitan practicar su deporte y
mientras más lo disfrutan más arriesgado se vuelve su práctica, no es porque
sean personas conscientemente irresponsables sino que la química de su cerebro así
se lo pide, como pasa en muchas de las actividades extremas como el “bungee
jumping”, las montañas rusas cada vez más altas y rápidas, el salto en paracaídas,
etc., etc. Aquellos que comúnmente disfrutan
esas actividades buscan superar la sensación que sienten asumiendo más riesgos,
algunos calculados y bajo su control, otros no.
Para concluir, las cifras de
mortalidad de ciclistas en PR no reflejan una excesiva comparada con la de
otros países. Sin embargo, ciertamente
la práctica del ciclismo es una sumamente arriesgada por la necesidad de
compartir las vías (cuyas condiciones de por sí representan un riesgo) con vehículos
de motor y conductores irresponsables.
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