Como este País no necesita distracciones de los verdaderos problemas
que nos aquejan ahora se nos quiere hacer creer que existe una conspiración de
adoctrinamiento y discrimen religioso por parte del Gobierno, y sobre todo de
esta Administración que no sabe ni discriminar contra sus adversarios políticos. Un grupo Humanistas Seculares de Puerto Rico
(un eufemismo para Ateos Boricuas) reclama que el propio Tribunal Supremo,
custodio de nuestra Constitución, actúa en violación de ésta.
Aparentemente este grupo, que sorpresivamente incluye como portavoz una
abogada, no se ha leído la constitución que en su primer párrafo lee como
sigue:
Nosotros, el pueblo de Puerto
Rico, a fin de organizarnos políticamente sobre una base plenamente democrática,
promover el bienestar general y asegurar para nosotros y nuestra posteridad el
goce cabal de los derechos humanos, puesta
nuestra confianza en Dios Todopoderoso, ordenamos y establecemos esta Constitución
para el Estado Libre Asociado que en el ejercicio de nuestro derecho natural
ahora creamos dentro de nuestra unión con los Estados Unidos de América.
Note que la palabra “Dios” es la numero 39, que según la numerología se
traduce a 12, que es el número de tribus de Judea y el número de apóstoles de Jesús. A su vez 12 se traduce a 3 que representa la Santísima
Trinidad, los días de la resurrección de Jesús, los crucificados ese día. Igualmente se traduce a 3 la cantidad de
monedas de plata (30) que le dieron a Judas por traicionar a Jesús. Aparentemente existe un código escondido en
nuestra constitución para garantizar el dominio cristiano sobre el Gobierno de
Puerto Rico. No estoy seguro si los "ateos" creen en la numerología.
Todo reglamento se evalúa a la luz de la ley que autoriza su creación
y toda ley que rige un Pueblo se evalúa a la luz de la Constitución de ese País. ¿A la luz de que referente se evalúa una constitución? A la luz de la realidad social del Pueblo que
la aprueba. En el caso de Puerto Rico, a
la luz de una sociedad cristiana, en su mayoría católica. Esa es nuestra realidad hoy día, aunque el
balance entre católicos y protestantes ha cambiado, lo cierto es que los grupos
cristianos son los predominantes sobre cualquier grupo religioso distinto, sobre
todo si se componen de personas extranjeras y que no comparten el trasfondo
cultural e histórico de los puertorriqueños.
En vista de que la Constitución de Puerto Rico es producto de la “negociación”
del Gobierno de Puerto Rico y del Gobierno de los Estados Unidos y de que el
propio Tribunal Supremo de Puerto Rico la viola deberían acudir ante el foro
federal para que ordene al Tribunal Supremo de Puerto Rico que cese de celebrar
sus creencias religiosas y las de sobre 3,000,000 de residentes de nuestro País.
Nuestra Constitución
dispone en su Carta de Derechos lo siguiente:
Artículo
2. Carta de Derechos
Sección
1. La dignidad del ser humano es inviolable. Todos los hombres
son iguales ante la ley. No podrá establecerse
discriminación alguna por motivo de raza, color, sexo, nacimiento,
origen o condición social, ni ideas políticas o religiosas. Tanto las leyes como el sistema de instrucción
pública encarnarán estos principios de esencial igualdad humana.
…….
Sección
3. No se aprobará ley alguna
relativa al establecimiento de cualquier religión ni se prohibirá el libre ejercicio
del culto religioso. Habrá complete separación de la Iglesia y el Estado.
Disposiciones similares están contenidas en la Constitución de los
Estados Unidos y se limitan a delimitar la conducta del Estado respecto a
imponer su poder sobre los ciudadanos para influenciar o coartar su libertad
para favorecer una doctrina religiosa en particular. No regulan la conducta de los ciudadanos en
torno a su derecho a favorecer o rechazar cualquier creencia religiosa. Los jueces del Tribunal Supremo también son
ciudadanos y tienen derecho a conmemorar y celebrar las fiestas que su religión
establezca. Si esto implica la colocación
de objetos y símbolos en las áreas próximas o dentro de sus oficinas tienen
perfecto derecho a hacerlo. Otra cosa
seria que colocaran dichos símbolos dentro de las salas donde realizan sus
funciones ministeriales, imagínense una sala donde un musulmán alegue un crimen
de odio contra un cristiano fundamentalista y que en el fondo de la sala, detrás
de los jueces estuviera colocada una cruz cristiana. Sería interesante que este grupo aportara las
estadísticas de cuantas veces se ha solicitado la inhibición de un juez por sus
creencias religiosas.
¿Acaso estos “ateos” no han visitado alguna agencia de Gobierno y no
han visto los adornos relativos a fiestas religiosas, y otras no tanto, que ya
sea la administración o los empleados colocan en sus entradas, paredes,
pasillos, puertas, escritorio, etc.? ¿Si
se les reconoce a colocar un mensaje “ateo” en cada lugar donde se coloca un
mensaje religioso se imaginan el desorden en los edificios públicos? ¿Acaso estos “ateos” no conocen lo que es el
internet, las redes sociales, los “blogs” y todos los medios electrónicos disponibles
para dispersar sus creencias? Tal vez
son tan “ateos” que no creen ni en la luz eléctrica.
En Puerto Rico el derecho es rogado, y no siendo ellos un grupo religioso
no pueden reclamar los derechos que aquellos grupos religiosos entiendan les
son violados o que el Estado viola al respecto.
Otro seria el cantar si pudieran reunir a “los miles de personas que
practican otras religiones, judíos, musulmanes, wicca, paganos, santeros,
budistas, hindúes, satanistas” y reclamaran su derecho a repartir
literatura satánica, por ejemplo, el día de la Fiesta del Día de Reyes que
celebrará el Gobierno.
Otro asunto que debería reclamar este grupo es el cambio de nombre de
los municipios de San Germán, San Juan, San Lorenzo, San Sebastián y Santa Isabel
ya que se le impone a los nacidos en esos pueblos un gentilicio de origen religioso
desde el momento de su nacimiento.
Igualmente deberían reclamar un espacio en las Fiestas Patronales
auspiciadas por los Gobiernos Municipales.
De hecho, la mayor multitud de “ateos” se reúne en una fiesta de origen
religioso, las Fiestas de la Calle San Sebastián, porque a los que lograr
entrar en horas de la noche a la Isleta del Viejo San Juan “no hay Dios” que
los saque.
Si como este grupo manifiesta: “…las escenas del Niño Jesús y otros
símbolos cristianos en instituciones públicas generan un ambiente de
desconfianza e incluso resultan ofensivas para las personas que no profesan esa
fe religiosa”, me imagino que mucho menos asistirán voluntariamente a
los bautismos de sus nietos o sobrinos, mucho menos serán sus padrinos, no compartirán
las cenas de Acción de Gracias ni las cenas de Navidad, no asistirán a las
bodas de sus hijos, ni participarán de ninguna ceremonia de índole religiosa
que aquellos de su familia que no compartan sus “creencias ateas”.
Esta es la descripción que este grupo hace de sí mismo en su página de
internet (después de todo si creen en la luz eléctrica):
SOBRE HUSE
HUSE es una
organización educativa sin fines de lucro que propicia y fomenta un sentido de
comunidad entre la población no creyente de Puerto Rico, además de combatir los
estigmas, los prejuicios, el discrimen, la marginación y el ostracismo producto
de la desinformación, la intolerancia y la mentalidad oscurantista que impera
en nuestra sociedad mediante la promoción de la razón, el pensamiento crítico y
una sociedad secular para todos.
Sin embargo, a la misma vez, usan como grito de guerra para este
reclamo la siguiente frase:
¡A FALTA DE COMPLETA SEPARACION, EXIGIMOS COMPLETA
INCLUSION!
O sea, que para que seamos un poco oscurantistas, mejor que lo seamos
a raudales. Igualmente alegan que “HUSE
no busca prohibir la religión pero exige que el gobierno del Estado Libre
Asociado garantice los mismos derechos para todos y todas, incluyendo aquellas
personas que no profesamos ninguna creencia ni religión.”
La Real Academia Española, y es un concepto aceptado ampliamente,
define religión como:
Conjunto de creencias o
dogmas acerca de la divinidad, de sentimientos de veneración y temor hacia
ella, de normas morales para la conducta individual y social y de prácticas
rituales, principalmente la oración y el sacrificio para darle culto.
Este grupo no puede reclamar derechos que no les asisten ya que ellos
no están siendo discriminados religiosamente ni de ningún modo ni se les está
coartando su derecho a la libre expresión ya que según ellos mismos afirman:
“En esta época en que
celebramos el Solsticio de Invierno, deseamos que en nuestro pueblo reine
primero la razón. No existen dioses,
ni demonios, ni ángeles, como tampoco un cielo, ni un infierno. Solamente existe nuestro bello mundo
natural”.
O sea, que al renegar de la existencia de divinidad alguna, sus creencias particulares, o la falta de éstas, no
constituye una religión que les permita reclamar igual “standing” que la religión
cristiana para que se les garantice un espacio para que se manifiesten.
No se, pero me parece que no hay tal defensa de la constitución, ni
deseo de acabar con el oscurantismo sino que lo que esta organización sufre es
de “déficit de atención”.
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