En una columna de un periódico de
circulación general una periodista critica al actual Secretario del DACO comparándolo
con el exjuez del Tribunal Supremo de PR y primer Secretario de esa agencia,
Federico Hernández Denton. Alega la
distinguida periodista que el licenciado era un activista en defensa del
consumidor y que llevo esa visión a la agencia.
A que se enfrentaba en 1972 el licenciado
Hernández Denton, pregunto yo:
- La mayoría de las medicinas se adquirían en las farmacias de la comunidad y no en los mini shopping centers de Walgreens y CVS
- La mayoría de los artículos del hogar, enseres eléctricos (todavía no eran electrónicos), muebles, etc. se adquirían en Mueblerías Mendoza no en Home Depot ni Rooms2Go.
- Los artículos escolares y de oficina (lo más avanzado sería una calculadora con rollo de papel) se adquirían o en algunas tiendas locales que vendían estos artículos o en los school supply de toda la vida, no en Office Depot, Office Max, Home Depot, etc.
- La gasolina era barata, no había guerras con musulmanes ni atentados terroristas ni desarrollos excéntricos de hoteles en Dubái que afectaran el precio del petróleo.
- La mayoría de los alimentos se adquirirían en plazas del mercado, pequeños mercados pueblerinos y en algunas cadenas de supermercados realmente locales, no en Wal-Mart, Costco ni Sam’s.
- A principios de la década del 70 alcanzaba la adultez la primera generación post fundación del ELA, comenzaba el establecimiento de las compañías farmacéuticas, químicas y electrónicas que se establecieron entre Vega Baja y Arecibo y que luego se dispersaron a lo largo de toda la Isla, en resumen, que apenas comenzaba a dispararse el poder adquisitivo del consumidor puertorriqueño que podría hacer algún reclamo ante DACO en contra de algún comerciante.
- En 1972 los puertorriqueños se enteraban de las noticias leyendo El Imparcial, El Mundo y El Día, no existían computadoras personales, teléfonos inteligentes, laptops, tablets, ni siquiera existía el internet. Radicar una querella implicaría ir físicamente a una oficina a llenar un papeleo interminable, nada de apps vía celular.
- En 1972 los periodistas escribían lo que los dueños de los periódicos permitían, ahora también, pero tienen la ventaja de poder crear blogs creando sus propios mini periódicos, y pueden expresarse vía Facebook, Twitter y Periscope con lo que prácticamente pueden crear su propio mini noticiero y expresarse como les guste.
Estas son solo algunas de las
diferencias entre lo que enfrento Hernández Denton y lo que enfrentan los
actuales Secretarios. Inclusive comparándolo
con el actual Gobernador, la distinguida periodista pone en desventaja al
actual Secretario. ¿Cuál fue el gran
logro del licenciado García Padilla que le merezca tal admiración? Como dice ella, aparte de estar como el “arroz
blanco” metiendo la cuchara en todo, aunque al final no resolviera nada. Ciertamente García Padilla era más simpático y
posiblemente ante los ojos femeninos más atractivo de mirar y posiblemente más
astuto políticamente, obviamente estaba construyendo su carrera política, el
actual Secretario, mas allá de aspirar a Alcalde de su pueblo natal, no me
parece que pueda tener alguna aspiración política en el futuro.
Correctamente afirma la
periodista que en otros países a las compañías foráneas se les exige proveer
sus productos localmente a precios reducidos antes de exportar el excedente, lo
que se olvida la periodista es que en PR las compañías americanas no son foráneas
y existe lo que se llama comercio interestatal sobre lo que ningún Estado
federado, y mucho menos una colonia, puede interferir. Además, el Secretario del DACO no legisla y
la política pública de cada Gobierno la establece el Gobernador y la refrenda la
legislatura que procesa la legislación que pueda referirle el Primer Ejecutivo,
si está de acuerdo. La distinguida
periodista debe distinguir entre las creencias personales y los deberes
ministeriales. Un Secretario debe actuar
dentro del marco legal que lo cobija independientemente de sus creencias, como
seguramente el licenciado Hernández Denton tuvo que actuar como juez
implantando las leyes vigentes independientemente de sus creencias personales.
Por último, la distinguida
periodista debe enfilar también sus cañones también contra sus colegas periodistas
que durante las últimas administraciones han tenido a los Secretarios de DACO prácticamente
como panelistas permanentes en sus programas de radio noticiosos y de análisis hablándonos
de la problemática del precio de la gasolina a pesar de que siempre reconocen
de que no pueden hacer nada más allá de controlar el margen de ganancia del
detallista por sobre el precio que el importador pueda cobrar por encima del
precio que los países de la OPEP les dé la gana de cobrar por el barril de
crudo. Que mejor táctica que la de
atraer a este funcionario que creyéndose importante para los medios respondía
sin cuestionamientos reconociendo su incapacidad para resolver algo para que luego
abrieran los micrófonos a los radioescuchas para insultar al funcionario por su
“ineptitud” o por “estar vendido a los grandes intereses” para subir sus
ratings y a la misma vez darle el “pie forzado” al resto de los programas de análisis
que llenaban por lo menos ½ hora de su programa analizando las expresiones del
Secretario.
Aparte de ésto, una vez al año,
para la venta del Viernes Negro, los Secretarios más recientes salían a cubrir
como se desarrollaban las ventas que poco a poco fueron evolucionando de
eventos similares a campamentos de refugiados donde se veían familias enteras
que parecían buscar refugio en la los consulados del consumismo, pasando por
mini motines donde el empujón y la agresión por el articulo deseado reinaban hasta
el día de hoy donde ya son más civilizadas, no por la intervención del DACO
sino porque simplemente el poder adquisitivo de los puertorriqueños ya no da ni
para justificar amanecerse en un estacionamiento de un centro comercial.
En resumen, que no entiendo el
motivo por el cual la periodista dedica una columna para ensalzar al licenciado
Hernández Denton y criticar al actual Secretario, sobre todo dentro del marco
de su gestión al mando de una agencia históricamente intrascendente como DACO.
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