En Puerto Rico hay un grave problema de malnutrición, obesidad, diabetes y alta presión, inclusive a nivel infantil. ¿A qué se debe? Pues a la ignorancia y a la falta de información.
Imagínense que ahora el Departamento de Educación anuncia que va a implantar un currículo de perspectiva de nutrición. En reacción a esta noticia, y sin saber específicamente de que se trata, salen los ministros de la grasa y los sacerdotes del sodio (Grupo Unido de Alimentos Vacíos y Altos en Triglicéridos, GUAVA-T) a acusar al Gobierno de querer adoctrinar a los niños para hacerlos vegetarianos y citaran estudios sobre las deficiencias de la dieta vegetariana.
Por otro lado, padres irresponsables e ignorantes [de los que prefieren meterle un hamburger doble carne, plain porque al nene no le gusta la ensalada, extra mayo y extra kétchup con papitas fritas y refresco agrandados, con un sundae con syrup de chocolate de postre] gritaran que el Estado no tiene derecho a decidir cómo alimentan a sus hijos. Inclusive citaran el Evangelio de Mateo:
“No lo que entra en la boca contamina al hombre; mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre.”
¿Les parece ridículo? Esto mismo es lo que está pasando con la perspectiva de género.
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