Cada vez que escuchamos que se va
a implantar alguna medida por parte del Gobierno escuchamos de la tecnología de
avanzada que se va a utilizar, de los accesos electrónicos vía internet para ésto
y para lo otro y de los millones de $$$ que nos va a costar su implantación.
Yo propongo un método sencillo y práctico
para recaudar, en teoría, el 100% del impuesto sobre las ventas. Esto haría innecesario implantar el IVA o
inclusive aumentar el IVU. ¿En qué
consiste este método? Pues consiste de
asignar cajas fuertes con cerradura de seguridad a cada comercio que reporte
ventas de cierta cantidad en adelante.
En estas cajas fuertes el consumidor depositará la cantidad de IVU que
aplique a su compra. El costo de la
compra es depositado directamente por el consumidor en la caja registradora del
comercio, lo que provocaría en el ciudadano un sentido de apoderamiento sobre
su aportación a las finanzas de Gobierno en lugar del actual ejercicio de fe en
la honradez del comerciante.
Estas cajas fuertes solo podrían
ser abiertas por funcionarios de Hacienda.
Para facilitar la contabilidad del IVU recaudado debería legislarse para
que una vez calculado la cantidad del IVU a pagar se redondee a la cantidad en dólares,
eliminando los centavos. Se preguntarán:
¿qué se hace con los y servicios que se prestan mediante visitas a domicilios o
comercios (electricistas, plomeros, pintores, jardineros, etc.) y los comercios
ambulantes (desde el piragüero hasta las cafeterías ambulantes que son casi
restaurantes portátiles)? Pues en este
caso, se debe establecer un impuesto fijo razonable y delegar en los municipios
su recaudación. El comerciante decidirá como
aplica el monto del impuesto fijo en los precios de sus productos o servicios. Al momento de la distribución del IVA entre
los municipios se descontaría parte de este impuesto del total de su asignación.
¿Qué cuanto costarán estas cajas
fuertes? No sé, seguro varios millones,
igual que las ultramodernas metodologías tecnológicas cibernéticas que nos
meten por los ojos para impresionarnos.
De lo que estoy seguro es que al hacer un análisis costo-beneficio
seguramente esta opción será viable, sobre todo al añadir el factor de
confiabilidad al eliminarse el factor comerciante. ¿Qué los comerciantes podrían decidir no
cobrar el IVU porque no pueden retenerlo?
Es posible, pero entonces el costo de la compra de bienes o recibir
servicios se reduciría y el consumidor tendría más dinero para comprar en otro
comercio que seguramente si le cobrará el IVU.
Se preguntarán: ¿dónde se ha
hecho ésto antes? Pues no tengo idea ni
me importa. No podemos seguir con el
argumento de que en tales países se ha hecho o dejado de hacer ésto o lo otro. Sin embargo, resulta que este método de recaudación
de impuestos no es nuevo en Puerto Rico, de hecho está vigente aún y es uno muy
importante. Tal vez no sepan o no se
acuerden de que la Compañía de Turismo recauda los impuesto de las máquinas de
juegos de azar directamente, no mediante deposito electrónico o dependiendo de
la buena fe de los dueños de los casinos.
Son los inspectores de Turismo los que pueden abrir esas máquinas,
igualmente podrían hacer los inspectores de Hacienda.
A propósito, ya que nos quejamos de
que el Gobierno nos quiere meter la mano en el bolsillo en contra de nuestra
voluntad, recomiendo que se legalicen las máquinas de juegos de azar “que no
dan premio” para que den premio y estén sujetas a la supervisión de Turismo, de
la misma manera que los casinos legales.
Así, al que le dé la gana de botar su sueldo en estas maquinitas al
menos aportará a la salud fiscal del Gobierno y el comerciante recibirá una
ganancia proporcional al costo de las máquinas y su mantenimiento. Si el que juega gana un premio se le impondrá
un impuesto razonable que se descontará del premio que podría ser cobrado en la
Oficina de la Lotería de Puerto Rico.
Ahí les dejo esa alternativa.
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