miércoles, 24 de diciembre de 2014

Libertad de Culto y Falta de Atención

Como este País no necesita distracciones de los verdaderos problemas que nos aquejan ahora se nos quiere hacer creer que existe una conspiración de adoctrinamiento y discrimen religioso por parte del Gobierno, y sobre todo de esta Administración que no sabe ni discriminar contra sus adversarios políticos.  Un grupo Humanistas Seculares de Puerto Rico (un eufemismo para Ateos Boricuas) reclama que el propio Tribunal Supremo, custodio de nuestra Constitución, actúa en violación de ésta.

Aparentemente este grupo, que sorpresivamente incluye como portavoz una abogada, no se ha leído la constitución que en su primer párrafo lee como sigue:

Nosotros, el pueblo de Puerto Rico, a fin de organizarnos políticamente sobre una base plenamente democrática, promover el bienestar general y asegurar para nosotros y nuestra posteridad el goce cabal de los derechos humanos, puesta nuestra confianza en Dios Todopoderoso, ordenamos y establecemos esta Constitución para el Estado Libre Asociado que en el ejercicio de nuestro derecho natural ahora creamos dentro de nuestra unión con los Estados Unidos de América.

Note que la palabra “Dios” es la numero 39, que según la numerología se traduce a 12, que es el número de tribus de Judea y el número de apóstoles de Jesús.  A su vez 12 se traduce a 3 que representa la Santísima Trinidad, los días de la resurrección de Jesús, los crucificados ese día.  Igualmente se traduce a 3 la cantidad de monedas de plata (30) que le dieron a Judas por traicionar a Jesús.  Aparentemente existe un código escondido en nuestra constitución para garantizar el dominio cristiano sobre el Gobierno de Puerto Rico.  No estoy seguro si los "ateos" creen en la numerología.

Todo reglamento se evalúa a la luz de la ley que autoriza su creación y toda ley que rige un Pueblo se evalúa a la luz de la Constitución de ese País.  ¿A la luz de que referente se evalúa una constitución?  A la luz de la realidad social del Pueblo que la aprueba.  En el caso de Puerto Rico, a la luz de una sociedad cristiana, en su mayoría católica.  Esa es nuestra realidad hoy día, aunque el balance entre católicos y protestantes ha cambiado, lo cierto es que los grupos cristianos son los predominantes sobre cualquier grupo religioso distinto, sobre todo si se componen de personas extranjeras y que no comparten el trasfondo cultural e histórico de los puertorriqueños.

En vista de que la Constitución de Puerto Rico es producto de la “negociación” del Gobierno de Puerto Rico y del Gobierno de los Estados Unidos y de que el propio Tribunal Supremo de Puerto Rico la viola deberían acudir ante el foro federal para que ordene al Tribunal Supremo de Puerto Rico que cese de celebrar sus creencias religiosas y las de sobre 3,000,000 de residentes de nuestro País.

Nuestra Constitución dispone en su Carta de Derechos lo siguiente:

Artículo 2. Carta de Derechos

Sección 1. La dignidad del ser humano es inviolable. Todos los hombres son iguales ante la ley. No podrá establecerse discriminación alguna por motivo de raza, color, sexo, nacimiento, origen o condición social, ni ideas políticas o religiosas. Tanto las leyes como el sistema de instrucción pública encarnarán estos principios de esencial igualdad humana.
…….
Sección 3. No se aprobará ley alguna relativa al establecimiento de cualquier religión ni se prohibirá el libre ejercicio del culto religioso. Habrá complete separación de la Iglesia y el Estado.

Disposiciones similares están contenidas en la Constitución de los Estados Unidos y se limitan a delimitar la conducta del Estado respecto a imponer su poder sobre los ciudadanos para influenciar o coartar su libertad para favorecer una doctrina religiosa en particular.  No regulan la conducta de los ciudadanos en torno a su derecho a favorecer o rechazar cualquier creencia religiosa.  Los jueces del Tribunal Supremo también son ciudadanos y tienen derecho a conmemorar y celebrar las fiestas que su religión establezca.  Si esto implica la colocación de objetos y símbolos en las áreas próximas o dentro de sus oficinas tienen perfecto derecho a hacerlo.  Otra cosa seria que colocaran dichos símbolos dentro de las salas donde realizan sus funciones ministeriales, imagínense una sala donde un musulmán alegue un crimen de odio contra un cristiano fundamentalista y que en el fondo de la sala, detrás de los jueces estuviera colocada una cruz cristiana.  Sería interesante que este grupo aportara las estadísticas de cuantas veces se ha solicitado la inhibición de un juez por sus creencias religiosas.

¿Acaso estos “ateos” no han visitado alguna agencia de Gobierno y no han visto los adornos relativos a fiestas religiosas, y otras no tanto, que ya sea la administración o los empleados colocan en sus entradas, paredes, pasillos, puertas, escritorio, etc.?  ¿Si se les reconoce a colocar un mensaje “ateo” en cada lugar donde se coloca un mensaje religioso se imaginan el desorden en los edificios públicos?  ¿Acaso estos “ateos” no conocen lo que es el internet, las redes sociales, los “blogs” y todos los medios electrónicos disponibles para dispersar sus creencias?  Tal vez son tan “ateos” que no creen ni en la luz eléctrica.

En Puerto Rico el derecho es rogado, y no siendo ellos un grupo religioso no pueden reclamar los derechos que aquellos grupos religiosos entiendan les son violados o que el Estado viola al respecto.  Otro seria el cantar si pudieran reunir a “los miles de personas que practican otras religiones, judíos, musulmanes, wicca, paganos, santeros, budistas, hindúes, satanistas” y reclamaran su derecho a repartir literatura satánica, por ejemplo, el día de la Fiesta del Día de Reyes que celebrará el Gobierno. 

Otro asunto que debería reclamar este grupo es el cambio de nombre de los municipios de San Germán, San Juan, San Lorenzo, San Sebastián y Santa Isabel ya que se le impone a los nacidos en esos pueblos un gentilicio de origen religioso desde el momento de su nacimiento.  Igualmente deberían reclamar un espacio en las Fiestas Patronales auspiciadas por los Gobiernos Municipales.  De hecho, la mayor multitud de “ateos” se reúne en una fiesta de origen religioso, las Fiestas de la Calle San Sebastián, porque a los que lograr entrar en horas de la noche a la Isleta del Viejo San Juan “no hay Dios” que los saque.

Si como este grupo manifiesta: “…las escenas del Niño Jesús y otros símbolos cristianos en instituciones públicas generan un ambiente de desconfianza e incluso resultan ofensivas para las personas que no profesan esa fe religiosa”, me imagino que mucho menos asistirán voluntariamente a los bautismos de sus nietos o sobrinos, mucho menos serán sus padrinos, no compartirán las cenas de Acción de Gracias ni las cenas de Navidad, no asistirán a las bodas de sus hijos, ni participarán de ninguna ceremonia de índole religiosa que aquellos de su familia que no compartan sus “creencias ateas”.

Esta es la descripción que este grupo hace de sí mismo en su página de internet (después de todo si creen en la luz eléctrica):

SOBRE HUSE

HUSE es una organización educativa sin fines de lucro que propicia y fomenta un sentido de comunidad entre la población no creyente de Puerto Rico, además de combatir los estigmas, los prejuicios, el discrimen, la marginación y el ostracismo producto de la desinformación, la intolerancia y la mentalidad oscurantista que impera en nuestra sociedad mediante la promoción de la razón, el pensamiento crítico y una sociedad secular para todos.

Sin embargo, a la misma vez, usan como grito de guerra para este reclamo la siguiente frase:

¡A FALTA DE COMPLETA SEPARACION, EXIGIMOS COMPLETA INCLUSION!

O sea, que para que seamos un poco oscurantistas, mejor que lo seamos a raudales.  Igualmente alegan que “HUSE no busca prohibir la religión pero exige que el gobierno del Estado Libre Asociado garantice los mismos derechos para todos y todas, incluyendo aquellas personas que no profesamos ninguna creencia ni religión.”

La Real Academia Española, y es un concepto aceptado ampliamente, define religión como:

Conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, de sentimientos de veneración y temor hacia ella, de normas morales para la conducta individual y social y de prácticas rituales, principalmente la oración y el sacrificio para darle culto.

Este grupo no puede reclamar derechos que no les asisten ya que ellos no están siendo discriminados religiosamente ni de ningún modo ni se les está coartando su derecho a la libre expresión ya que según ellos mismos afirman:

“En esta época en que celebramos el Solsticio de Invierno, deseamos que en nuestro pueblo reine primero la razón. No existen dioses, ni demonios, ni ángeles, como tampoco un cielo, ni un infierno. Solamente existe nuestro bello mundo natural”.

O sea, que al renegar de la existencia de divinidad alguna, sus creencias particulares, o la falta de éstas, no constituye una religión que les permita reclamar igual “standing” que la religión cristiana para que se les garantice un espacio para que se manifiesten.


No se, pero me parece que no hay tal defensa de la constitución, ni deseo de acabar con el oscurantismo sino que lo que esta organización sufre es de “déficit de atención”.

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