viernes, 7 de mayo de 2021

EL CONSEJO QUE NUNCA NOS APLICAMOS

 

La muerte de Keishla Rodríguez ciertamente pasará a la historia como el asesinato mas vil y espeluznante de la historia de este país, no importa si fue Verdejo o no, si lo encuentran culpable o no, si se confirma la versión de que fue golpeada, drogada, amarrada, tirada a la laguna (alegadamente todavía viva) con un bloque amarrado y finalmente tiroteada.

Lamentablemente, a pesar del dolor que su familia puede sentir y expresar a través de los medios, lo cierto es que esta muerte pudo evitarse y ellos tienen la responsabilidad principal.  De acuerdo al testimonio de todos aquellos que conocieron a Keishla, ella era un alma bondadosa cuyo único pecado aparenta ser haberse quedado enamorada de su noviecito de escuela intermedia.  Un espíritu ingenuo que no pudo desprenderse de sus sentimientos y que por el contrario pudieron verse reforzados por la fama y admiración que su noviecito provocaba en el pueblo y no descarto que también su nueva fortuna la hubiera beneficiado en parte.  La misma familia reconoce que Verdejo compartía con ellos y que inclusive ella pudo viajar a verlo en varias de sus peleas.

Según la familia, ellos fueron noviecitos de escuela intermedia hace unos 11 años, o sea, que entre 2010 y 2011 hubo una relación que fue avalada y reconocida por su familia.  Luego de unos 2 años de relación se separan, presumo que en ese momento comenzaba a despuntar como prospecto y necesitaba dedicar mas tiempo a su entrenamiento como boxeador aficionado y futuro prospecto profesional.  Pero según el padre, ellos siguieron siendo amigos y continuaron viéndose.  Por lo antes descrito no seremos tan ingenuos de creer que la relación de amigos era una de meramente amor platónico.

Veamos la breve cronología de estos hechos:

Martes 27 de abril – ese día Keishla se hace una prueba de embarazo de orina y le comparte a su mama que estaba embarazada, ella no indica que se sorprendiera, así que podemos presumir que ella, contrario a lo que alega su padre, si sabía la naturaleza de la relación entre Keyshla y Verdejo.

Jueves 29 de abril - como alega la madre de Keishla, tuvieron una conversación telefónica donde le informa que Verdejo iba a ir a su casa a ver la prueba de embarazo de sangre.  Alega la madre que ella le advirtió que tuviera cuidado porque ya Verdejo la había amenazado, no dijo que le había advertido que no deseaba un bebe con ella o pedido que lo abortara, LA HABIA AMENAZADO.  ¿Cuántas AMENAZAS le pudo haber proferido Verdejo a ella y de que naturaleza en apenas dos días como máximo de conocer que estaba embarazada, para que una madre le diga a su hija que se cuide de su “noviecito” de intermedia, padrino de uno de sus sobrinos, primo de su cuñado y posible padre de su hijo? No debieron ser pocas, y debieron ser bastante serias.  O ¿es que hubo embarazos previos que ella estuvo dispuesta a terminar con tal de seguir con la relación con Verdejo?  La misma madre narró que entre los lugares que ella fue a visitar buscando a su hija fue a una clínica de abortos.  ¿Era ésta una posibilidad, que si Verdejo siguiera en la negativa ella estuviera dispuesta a terminar el embarazo?  Aparentemente no.  Pero la madre no la descartó.

Si la madre que estaba en Orlando sabía del embarazo y de las amenazas es razonable pensar que sus hermanas y otros familiares como su cuñado, primo de Verdejo, tuvieran conocimiento de la relación entre ambos, del embarazo y de las amenazas.  Por lo menos eso yo esperaría de una familia que se proyecta tan unida antes los medios.  Pero resulta preocupante que si un primo de Verdejo era cuñado de Keishla y Verdejo era el padrino de su bebe éste ni se ha expresado, ni se ha expuesto públicamente a explicar si él conocía de las amenazas que su primo le había proferido a Keishla y si él había tratado de interceder para evitar algún hecho lamentable entre ambos.  De igual manera, resulta sorprendente que el padre de Keishla, que dice que ellos tenían una relación cercana y que hasta que él vivió en la propia casa de ella, se viniera a enterar del embarazo el mismo jueves en que desaparece Keishla, a pesar de que, y repito, la familia se proyecta como una unida, máxime, cuando el mismo admite que para el Verdejo era como de la familia y todavía le resulta difícil aceptar que el Verdejo que el conoció hasta ese jueves fuera el mismo que asesinó a su hija.

El padre declara que ellos fueron noviecitos y que después siguieron siendo amigos pero que no sabia que ellos tuvieran una relación más allá de una amistad.  Ciertamente, si como ellos quieren hacer ver, era una familia unida, y el hasta vivió con ella en su propia casa, no queda más que concluir que en esa relación imperaba algo parecido a ese viejo refrán de “ojos que no ven, corazón que no siente” o “no hay peor ciego que el que no quiere ver”.  Resulta, significativo que a pesar de la aparente unión familiar que proyectaron ante estos hechos cuando entrevistaban a la madre ésta se refería al padre de Keishla como “el padre de la nena” y cuando entrevistaban al padre éste se refería a la madre como “su mamá”.  No está claro si estuvieron casados, cuando se divorciaron, si se divorciaron, desde cuando la mamá está en Orlando, etc.  Lo que sí está claro es que la unión y confianza familiar que posterior a los hechos se pretende proyectar no se refleja en como se desencadenaron los eventos entre el martes y el jueves.

¿Por qué la madre no le informó al padre de Keishla que estaba embarazada, que el padre podía ser Verdejo y que aparentemente este no quería que ella lo tuviera?  Si no quería que fuera a ocurrir un choque violento entre ambos pudo reservarse lo de las amenazas y decirle a su otra hija que le pidiera a su esposo (el primo de Verdejo) que fuera con su papa y hablara con Verdejo.  De esa manera se pudo haber llegado a un acuerdo y lograr que las cosas se fueran enfriando.  Se le pudo pedir a Verdejo que se hiciera una prueba de ADN para confirmar que el bebe era suyo, tal vez mantener el asunto callado entre la familia como aparentemente se mantuvo por casi una década, etc.

Pero aparentemente, el silencio imperó, o tal vez la sobre confianza basada en una relación casi familiar con Verdejo llevó a pensar a todos los que hubieran sabido de la situación que no había posibilidad de que un hombre casado y con hijos fuera a actuar de manera tan violenta con la otra mujer con que compartía y que iba a darle un nuevo hijo.

Para terminar, y cónsono con el título de este escrito, luego de que ocurren las desgracias vemos como a las familias y amigos de las victimas se les abren los micrófonos de los medios noticiosos para ofrecer los consejos y advertencias que pudiendo ellos aplicarlos no lo hicieron, terminando con la ya manoseada frase de “que su muerte no sea en vano”.

Es triste la pena por la que pasa esta familia, pero evalúen ustedes si esta tragedia no pudo haberse evitado.