miércoles, 3 de junio de 2015

oración vs Oración

Escuchaba hoy el debate del ya notorio sacerdote Carlos Pérez con representantes de lo que él llama pluralidad de la sociedad que no comparte su visión de mundo.  En este caso el debate era sobre la legislación propuesta que establecería el Día de la Oración.  A pesar de que dicho sacerdote entiende que los que se oponen a su forma de pensar son los menos no pierde tiempo para hacer un “media tour” por las estaciones de radio que se aprovechan de su actitud adversativa hacia sus opositores.

Para su beneficio, reproduzco (“copy and paste”) la joya de proyecto de ley 2108 aprobado por nuestra Cámara de Representantes:

Artículo 1.-Título

Esta Ley se conocerá como “Día Nacional de la Oración en Puerto Rico”.

Artículo 2.-Decreto

El Gobernador del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, mediante proclama, decretará el primer jueves del mes de mayo de cada año como el “Día Nacional de la Oración en Puerto Rico”, en el cual la ciudadanía creyente podrá comunicarse con Dios a través de la oración y meditación, según su fe y conciencia le dicte, en iglesias, grupos o individualmente.

Artículo 3.-Vigencia.

Esta Ley comenzará a regir inmediatamente después de su aprobación.

Como verán la misma enviste al Gobernador de poderes sobrenaturales mediante los cuales nos permitirá comunicarnos con Dios, aunque no aclara a que deidad se refiere.  Parece que por la vía legislativa se pretende enmendar el Evangelio de Juan donde Jesús le dijo a sus apóstoles: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.”
                                                                                                                            
Irónicamente, aprueban un Día de la Oración, cuando lo que deberíamos establecer es un “Día de la oración”.  No la oración religiosa de carácter místico a la que se refiere dicho proyecto de ley, sino a la oración gramatical que le permite al ser humano comunicarse haciendo uso del lenguaje, elemento principalísimo que propicio el desarrollo de nuestra sociedad.

Una definición aceptada para el concepto oración es el siguiente:

La Oración es el fragmento más pequeño capaz de comunicar una idea completamente y mantener su independencia sintáctica. Está formada por:
Sujeto: realiza la acción del verbo

Predicado: indica lo que hace el sujeto

Sujeto y predicado concuerdan en número y persona.

Los mismos legisladores que nos quieren imponer sus creencias religiosas, innecesariamente ya que la Constitución ya establece la libertad de credo, deberían aprobar no solo un “Día de la oración (gramatical)” sino promover que nuestros niños aprendan a construir oraciones con sentido desde pequeños.  Los exhorto a que pongan atención a las entrevistas que les hacen a estos legisladores y evalúen si sus expresiones cumplen con los elementos básicos de lo que es una oración cuando contestan las preguntas que les hacen.

Habrán notado que de nuestros 78 legisladores una minoría es la que domina el debate político.  La mayoría de ellos se limita a lo que seguramente hacían en sus años escolares, copiarse lo que los que hacen su tarea presentan, dar su firma para aparecer como coautores de proyectos que posiblemente ni leen (lo hacen sus ayudantes) y luego servir elemento decorativo (como l@s model@s en conferencias de eventos deportivos o artísticos) en las conferencias de prensa donde se solidarizan con el que si puede hilvanar sus pensamientos con oraciones completas.

Lamentablemente, en este caso se unen por un lado la ignorancia y “jaibería” de los políticos aprobando proyectos simpáticos y por otro lado las actitudes más conservadoras y retrogradas del sector religioso que prefiere que el Pueblo recurra más a la Oración que promueve la resignación y el conformismo a la oración que promueve el intercambio de conocimiento y el crecimiento intelectual del ser humano.  Si por el Padre Pérez fuera, todavía estuviéramos escuchando Misa en latín.

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