No olvidemos nunca que el gobierno es nosotros mismos y
no un poder extraño sobre nosotros.
Los gobernantes últimos de nuestra democracia no son un
presidente y los senadores y
congresistas y
funcionarios del gobierno, pero los votantes de este país.
Franklin Delano Roosevelt
Incluyo esta cita (y otra más
adelante) sobre la democracia porque creo que ilustran más claramente el
concepto que la tradicional definición de “un gobierno del Pueblo, por el
Pueblo y para el Pueblo” que repetimos sin necesariamente meditar sobre su
significado. Además, resumen mi
planteamiento sobre la situación de la degradación de discurso público de los
funcionarios de nuestra democracia. La
democracia es un instrumento de cambio social que pretende dar una igualdad de
oportunidades a sus ciudadanos a competir (no necesariamente en igualdad de
condiciones) por lograr un bienestar, un estatus, poder, riqueza, todo dentro
del marco de la ley, más o menos.
Elemento primordial para promover este cambio y esencial para ejercer la
democracia lo es la educación.
Durante los primeros cuatro
siglos de colonización bajo el Imperio Español fue muy poco lo que se logró a
nivel nacional en cuanto a la educación del Pueblo, específicamente leer,
escribir y contar, conocimientos básicos, no ciencias avanzadas, ni siquiera
oficios. De hecho, al llegar los
americanos a Puerto Rico el nivel de analfabetismo era de un 80% y solo el 16%
de la población en edad escolar asistía a la escuela. Es ante este cuadro de des-educación que
nuestros famosos próceres y ciudadanos ilustres, que venían de familias
pudientes y que tuvieron la oportunidad de estudiar en Europa dominaban el
quehacer de la sociedad puertorriqueña del siglo 19 y parte del 20. Debemos recordar que a principios del pasado
siglo cuando para muchos puertorriqueños graduarse de la Central High era como
obtener un grado doctoral ya había una clase que se graduaba de Harvard y otras
prestigiosas universidades norteamericanas.
Durante este periodo de tiempo,
era esta clase privilegiada, culta, instruida, que había viajado el mundo,
dueña de medios de comunicación, la que mantenía lo que llaman algunos “un
debate de altura”. Claro está, algunos
omiten mencionar las notorias turbas republicanas y sus acciones violentas
contra líderes de la oposición, que me imagino actuaban por cuenta propia y
ninguno de los cultos líderes tendría nada que ver con sus actos. Tampoco recuerdan los eventos de violencia política
y de represión gubernamental que se vivía en esos tiempos. Pero por lo menos se hablaba bonito y de
manera coherente. La mayoría de la
población, seguía en un grado de ignorancia y ahora en peor estado inmersos en
un proceso de transculturación donde se proponía convertir analfabetas
hispanoparlantes en educados angloparlantes.
Imagine cuál sería su estado mental si mientras los políticos actuales
siguen insultándose y perdiendo el tiempo EEUU no entregara a Alemania y nos
viéramos aprendiendo alemán por decreto de nuestra nueva metrópolis y podría
entender cómo se sentiría la masa del pueblo de PR que no dominaba su lengua
materna tratando de aprender una nueva, sin televisión, ni videos, ni internet,
solo el inglés que se aprendía en el salón para luego regresar a casa al
español de siempre.
¿Que ha pasado a partir de la
segunda mitad del siglo 20 hasta el día de hoy? Los descendientes de las
primeras generaciones que se educaron bajo el sistema de educación americana
comenzaron a despuntar y con la creación de la Universidad de Puerto Rico, se logró
abrir paso una nueva clase criolla profesional de médicos, abogados,
ingenieros, empresarios que fueron percolando las esferas de poder de la
sociedad y el gobierno de PR. Esta clase
estuvo compuesta de la crema y nata de los estudiantes ya que aunque había más
acceso a la educación avanzada lo cierto es que el cupo solo permitía aceptar a
aquellos estudiantes aventajados y con recursos para los gastos de su
educación. Posteriormente la cantidad de
estudiantes fue aumentando, los años de estudio fueron extendiéndose, los
grados académicos y profesionales fueron proliferándose, sin embargo, esto no
necesariamente represento un aumento en la participación en el debate
inteligente de ideas ya que fue el comienzo del proceso de mercadeo de diplomas
para aprovechar las ayudas federales destinadas a subsidiar los estudios desde técnico
de unas hasta cirujano cardiovascular. Similar al negocio actual de tutorias y ayudas supervisadas justificadas por las ayudas federales y los diagnósticos equivocados de estudiantes de educación especial.
Con el pasar de las décadas, el
advenimiento de la radio, luego la televisión y la proliferación de la prensa
escrita, la información estuvo cada vez más disponible para el pueblo en
general que la utilizaba ya fuese para decidir a qué partidos o candidatos
favorecer o , en el caso de los candidatos, propagar sus ideas y darse a
conocer más allá del ámbito cercano, familiar o profesional en el que se
desempeñaba lo que le daba mayores oportunidades frente a candidatos que
provenían de las clases pudientes que contaban con campañas publicitarias y con
influencias sobre los votantes a los que “seducían” (léase, compraban). ¿Recuerdan la frase de “vergüenza contra
dinero”? Estaba basada en casos de la vida real. Luego fueron llegando las “tumba cocos”, los
cruza calles, los “bulletin board” hasta llegar a las redes sociales como
Facebook y Tweeter que han facilitado tanto la comunicación como la recaudación
de fondos.
Esto ha dado como resultado una
clase política homogénea donde se leen apellidos ilustres de descendientes de líderes
políticos históricos junto a los de los hij@s de l@s billeter@s, maestr@s, amas
de casa y agricultores que bajo el padrinazgo de políticos en retirada y aprovechando
las oportunidades que nuestra sociedad les brinda han alcanzado un mínimo de
educación (inclusive algunos con estudios graduados) para cumplir con los requisitos
constitucionales y para expresarse aunque de manera “cantinflesca” con un
acento ideológico que complace a sus seguidores del “corazón del rollo”. Una vez electos, y haberse puesto su primer
traje con gabán y corbata ya quedan investidos de la misma honorabilidad de los
De Diego, los Ferre, los Ramos Antonini, los Muñoz Rivera, los Barceló,
etc. El próximo paso es identificar un
analista o periodista aliado cuyo estilo este a la medida de su capacidad de
expresión para compartir sus “gotitas del saber”, o meramente sumergirse en el
mas estruendoso silencio que solo rompen cuando su líder político se los
exige. Esa es la clase política que hoy
tenemos, una democrática en su selección y en su nivel de representación de la
gran masa de la población y el resultado es el nivel del debate político
actual.
La democracia es el menos malo de los sistemas políticos
Winston Churchill
¿Cuáles son las opciones? ¿Un gobierno de “nobles” eruditos en filosofía y protocolo? ¿Un gobierno de “tecnócratas”
insensibles? ¿Un gobierno de “guaynabitos”
mercantilistas y republicanos de los que piensan que un peso en el bolsillo es
mejor que un peso en el gobierno, y si es en el de ellos mejor todavía,
incluyendo el IVU aplicable? O sea que
un peso que gaste la gente acaba en $1.07 en el bolsillo de ellos, en eso
tienen razón, rinde más, pero para beneficio de ellos.
A diario escuchamos y leemos profesionales,
analistas, líderes comunitarios, en fin, gente de todas los estratos sociales
que libres de ataduras políticas comparten preocupaciones comunes y presentan
soluciones sencillas y lógicas. A todos
esas personas les exhorto a que se unan en un frente común, en una cantidad que
garantice la aprobación de legislatura por encima del veto del Gobernador y preparen
una plataforma política básica con puntos que reformen de forma dramática la
forma de gobierno de Puerto Rico, presenten enmiendas constitucionales para que
el pueblo decida y hagan un compromiso de cumplir con dicha plataforma antes de
aprobar legislación alguna más allá del presupuesto y cualquier otra ley
protocolaria que sea requisito para darle continuidad al gobierno. Nada de comisiones especiales de bobería,
nada de homenajes, nada de viajes a la Parada de NY, nada de nada, un mínimo de
asesores, sobre todo en derecho constitucional que una vez terminen la redacción
de los proyectos terminan sus contratos.
Una vez completadas las consultas
constitucionales e implantados los resultados, podrían establecer un proceso
ordenado para que paulatinamente renuncien y sean sustituidos aquellos
legisladores que deseen regresar a su vida cotidiana.
En resumen, cuando critiquemos al
gobierno recordemos que está compuesto por personas como nosotros, y que por
ahora, la democracia es el menos malo de los gobiernos.