domingo, 1 de julio de 2018

EL CUARTO DEL PANICO

En su columna La Vida mas Alla del Cuarto, Benjamin Torres Gotay sublimiza la democracia como si por si misma fuera la solución de los problemas de la humanidad.  Historicamente, desde que los griegos fundaron la primera democracia los estilos de gobiernos han fluctuado entre los extremos mas liberales hast los mas totalitarios.  De hecho, a gobiernos totalitarios en mayor o menor grado, y no necesariamente democráticos se le debe que el mundo sea como sea. La mayoría de las conquistas que definieron el mundo como es hoy la realizaron gobiernos no democráticos sino monarquias.  Justamente, los abusos de las monarquias fue la raíz del surgimiento de las democracias modernas.  En Venezuela tenemos un ejemplo claro y reciente de lo que una mala democracia produce.  Un pueblo que se vio tan abusado por el propio gobierno democrático que es capaz de elegir como presidente a un soldado golpista.  Este introduce una visión socialista para la administración de los bienes del estado y prevalece elección tras elección a pesar de que parecería que en lugar de una democracia lo que se tiene es una dictadura.  Si bien es cierto que cientos de miles no favorecen este régimen, lo cierto es que una cantidad similar lo favorecen.

Es obvio el sentimiento antiamericano por el abuso al que ha sometido a PR por 120 anos en su critica a la falta de democracia de la JCF, de los EEUU y del régimen colonial.  Sin embargo, su solución es meramente un cambio de estrategia, pero igualmente dentro del régimen colonial.  Sustituir los 7 miembros de la Junta por los jueces regulares que atienden casos de quiebra.  ¿Que el resultado pudiera ser distinto a lo que la JCF exige ahora? Es probable.  Pero pregunto, ¿Quién nombra a esos jueces? Creo que es el gobierno federal.  ¿Quién elige el gobierno federal?  Creo que son los electores americanos indirectamente a través del colegio electoral, mecanismo cuyo carácter democrático esta siendo cuestionado ante los resultados  en los casos de las elecciones de G.W. Bush (el creador del movimiento terrorista mundial) y ahora de Donald Trump (el campeón de una política publica disparatada, inmoral e inestable).  O sea, que el issue del aspecto antidemocratico del sistema o mecanismo sigue vigente y sin resolver.

Es posible que los jueces no emitan ordenes especificas de que se va a eliminar o no del presupuesto.  Pero serian los políticos locales los que se encargarían de definir que recortes van a hacer considerando siempre ese fino balance entre recortar las igualas de los amigos del alma, que los metan preso por desacato y el de suicidarse políticamente para la próxima elección.

Leemos a los mas “bocones” de nuestros políticos decir que van a ir “hasta la ultimas consecuencias”, que van a hacer “lo que sea”, que quieren ver a los alguaciles federales entrando al hemiciclo a arrestar a los legisladores.  SIn embargo, a la menor presión cual gelatina que se cuaja se amoldan al tamaño del cuarto de la Junta, o en el mejor de los casos, amenazan con ir a los tribunales.  Claro, ahí pagamos nuestros abogados y los de la Junta y ahí guisaran los amigos del alma de los políticos electos y algunos derrotados que se dedican a la “empresa privada” con un 100% de contratos con fondos públicos.

¿Porque si tenemos tanta indignación cuando llegamos a la decisión final de salir del cuarto nos da panico y nos eñangotamos algunos doblando una rodilla y otros postrados besando el suelo donde pisa el gringo y no nos atrevemos a proponer la ruptura total con el sistema?  ¿Que tal si ignoramos las demandas en los tribunales?  ¿Qué tal si nuestros funcionarios simplemente desobedecen cualquier orden que no provenga del gobierno de PR y aceptan ir presos?  ¿Qué tal si en los principales medios de comunicación se resena en primera plana el desfile de funcionarios democráticamente electos en un territorio de los EEUU entrando a las cárceles federales?

En el pasado reciente hemos visto decenas de politicos y funcionarios del gobierno desfilar por el tribunal federal y entrar a la carcel por motivos menos dignos que defender la legitimidad del gobierno de PR y el mandato del Pueblo.  En el fondo, ¿es tan difícil?

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