Antes de nacer ya me estaba
mudando. Aunque mi familia residía en un
pueblo de la montaña, mi madre tuvo que ir a dar a luz en la zona metropolitana. De bebe viví en ese pueblo de la montana pero
mi familia se mudo a un pueblo de la costa.
De mi primera residencia no guardo recuerdo alguno, de la segunda si
porque éramos vecinos de familiares cercanos.
Recuerdo, además, a mis vecinitos con los que jugaba. Posteriormente, regresamos al pueblo de la
montana que era donde mis padres trabajaban y donde comenzaría mis estudios en
un colegio privado. Posteriormente me
trasladan a la escuela publica y nos mudamos de casa. Termino mi escuela superior en la escuela
publica y voy a la universidad. Al
terminar mis estudios comienzo a trabajar en San Juan y viajo todos los días hasta
que me caso y me mudo temporeramente a San Juan y posteriormente a otra ciudad
vecina de San Juan. En mi trabajo he
cambiado de área de trabajo en varias ocasiones y me he mudado en la ciudad en
que resido.
¿A qué viene este relato de mi
vida? El objetivo es ilustrar como el
cambio es una de las constantes en la vida de muchas personas. No voy a afirmar ni a negar que mi situación es
típica de la mayoría de las personas, no lo sé.
Pero si hay algo que no entiendo es como se pretende atender problemas
sociales/económicos/ambientales de nuestra sociedad sin hacer cambios y como se
demoniza la palabra mudanza, realojo, reubicación, desalojo cuando se plantean
como soluciones.
Veamos varios ejemplos. Las condiciones infrahumanas en que viven comunidades
del llamado G8 en Santurce y la condición ambiental en que se encuentra el Cano
Martin Pena, la Laguna San José y otros cuerpos de agua del estuario de San
Juan. Cada año escuchamos y leemos las
quejas, las promesas, las asignaciones, los estudios, etc. que se requieren
para atender esta situación. Por un lado,
los residentes plantean que los quieren sacar para desarrollos de lujo por su cercanía
a la laguna, etc. Pero ¿cuál es el privilegio
del cual se despojaría a los actuales residentes si viven en constantes
desbordes de aguas negras que van a parar a la laguna con las que colindan? ¿Por qué negarse a ser reubicados en áreas urbanas
ya desarrolladas para permitir la demolición de todas esas estructuras que han
invadido el cauce del caño y la laguna de manera que se facilite la rehabilitación
de esos cuerpos de agua para su promoción como atracción turística?
Entiendo el planteamiento de las
relaciones de comunidad que se establecen, pero en mi caso, cada mudanza (aun
dentro del mismo pueblo) implico romper relaciones de amistad con compañeros de
escuela y vecinitos con los que jugábamos y lo mismo sucede cuando uno cambia
de área de trabajo y se rompen relaciones de amistad.
Otro ejemplo de vigencia
actual. La situación de aislamiento de Vieques
y Culebra. Hace años William Miranda Marín
propuso entregar ambas islas a la Marina, mudar los residentes a la isla grande
y a cambio recibir una aportación significativa de fondos federales adicionales
a los que ya recibimos anualmente. No
voy a afirmar que entiendo la situación de los hermanos isleños, y no creo que
muchos la entiendan. Sin embargo, esta situación
de incapacidad de mantener una flota de barcos en condiciones, la necesidad de
contratar barcos privados con el correspondiente señalamiento real o
especulativo de chanchullos y favoritismos hasta la posibilidad extrema de
simplemente privatizar los servicios, con los mismos señalamientos de
irregularidades nunca dejaran complacidos a nadie y estaremos como mínimo en la
eterna lucha de acusaciones y contraacusaciones entre los partidos de mayoría y
llegando a la creación de comisiones especiales para investigar el asunto con
la correspondiente tanda de contratos a abogados, investigadores, peritos de
parte y parte para acusarse y defenderse cada cuatrienio, claro, con cargo a
fondos públicos.
¿Queremos seguir invirtiendo en
infraestructura para servir las islas municipios? ¿Por qué habiendo una pérdida de población y
habiendo disponibilidad de terrenos y viviendas ya desarrolladas no se favorece
la reubicación de esta población en municipios del área este, desde Fajardo a
Ceiba, si escuchamos que muchos de los servicios que reciben estos ciudadanos
los reciben en esta área? ¿Por otro
lado, vamos a seguir esperando por la utopía de que la Marina tome acción y
limpie los terrenos contaminados y se restauren a su condición original? ¿Por qué no explorar el desarrollo turístico
de una porción mayor de ambas islas mediante la inversión de compañías hoteleras
y de cruceros que pudieran invertir el dinero necesario en el desarrollo de la
infraestructura necesaria?
Deberíamos usar la razón para
combatir la pasión y lograr realizar los cambios necesarios para lograr los
grandes cambios que necesitamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario