En 460 A. C., Lucio Quincio
Cincinato (en lat., Lucius Quinctius Cincinnatus) fue llamado por el
Senado Romano, en calidad de cónsul suffectus, a la muerte del cónsul en
ejercicio, para mediar en una controversia entre tribunos y plebeyos, tras lo
cual regresó a su ocupación agrícola.
En 458 A. C., Roma estaba inmerso
en una peligrosa guerra contra los ecuos y sus líderes mostraban una
incompetencia militar increíble. Desesperados, el Senado Romano decidió otorgar
poderes absolutos aun solo hombre y eligieron a Cincinato para designarlo como el
primer dictador de Roma. Se cuenta que Cincinato estaba con las manos en el
arado cuando se le hizo llegar el requerimiento.
Cumplida su misión al conseguir
la victoria sobre los invasores en dieciséis días, rechazó todos los honores. El dictador se despojó de su toga,
transcurridos apenas seis días, y aunque le restaban seis meses a su designación,
se reintegró a su arado. En adelante, Cincinato ha sido considerado un símbolo
del espíritu cívico de los romanos.
Para aquellos estadistas que
piensan que la historia de la humanidad comenzó en 1776 y que los EE. UU.
descubrieron el Viejo Mundo les informo que esta misma actitud fue la que mostró
George Washington después de ganar la Guerra de la Revolución Americana cuando
muchos propulsaban la creación de una monarquía y consideraban que era merecedor
de ser designado rey. Sin embargo, el decidió
rechazar cualquier designación ni reclamar poderes políticos y regresó a su finca
en Virginia. Por eso muchos lo
consideran el Cincinnatus Americano.
¿A qué viene esta introducción? Como saben, estas elecciones pudieran
representar un punto de inflexión en nuestra historia política. Una tercera fuerza política, el Movimiento
Victoria Ciudadana, liderada por la Lic. Alexandra Lúgaro, pero respaldada por un
grupo de ciudadanos respetables, serios, educados y sobre todo, que no son
vividores de la política ni hijos talentosos, pretenden romper con lo que nos
han hecho creer por décadas era el “bipartidismo”. Lo cierto es que tal bipartidismo no existe y
lo único que existe es un partido rojiazul llamado PNPPD cuyo único fin es
mantenernos entretenidos con el tema del estatus mientras se reparten la
riqueza de los fondos públicos entre ellos, sus familiares y allegados.
¿Tiene MVC el monopolio de la
moralidad y la ética? Claro que no, y no
debemos caer en la práctica de la idealización de nadie, ni siquiera de los
candidatos de MVC. ¿Existe gente seria y
capacitada en el PNPPD y otros partidos?
Claro que sí, pero lamentablemente al adherirse a la “mafia” (o, como el
mismo Aníbal Acevedo Vila identificó en el PPD, a la mugre que se cuela en la
directiva de los partidos), caen en la tentación de recibir, deber y pagar
favores electorales y privados con contratos y nombramientos de personas que no
reúnen los requisitos para realizar trabajos ni ocupar puestos públicos. El asunto de la corrupción del PNPPD no es un
asunto de caras y nombres de personas, es un asunto de una organización criminal
que es liderada por gente que muchos consideramos serios y respetables pero que
en el fondo viven de la indignidad de la colonia y utilizan a tontos ignorantes
para ocupar puestos para manipularlos a su favor, a los más listos los hacen
miembros de la directiva.
Para que estas elecciones produzcan
un cambio político verdadero y sean el comienzo de una nueva cultura electoral
exhorto tanto a los candidatos de MVC, como a aquellos candidatos del PNPPD, el
PIP o independientes que resulten electos que aúnen esfuerzos y diseñen los cambios
necesarios en nuestra Constitución para atender asuntos como: (1) la separación
de los elecciones de los legisladores del gobernador, (2) un orden de sucesión limitando
al sucesor del gobernador a un término de 6 meses realizando funciones
administrativas, sin autoridad para firmar leyes ni para designar funcionarios
a puestos que no sean parte del gabinete constitucional si surgiera o existiera
una vacante, y cuya función principal sea convocar a una nueva elección para
elegir al nuevo gobernador, (3) garantizar derechos adquiridos por los grupos
minoritarios y marginados, (4) establecer una dirección colegiada en agencias
como el Departamento de Educación, la Junta de Planificación y el Departamento
de Justicia constituida por 3 ciudadanos designados por los 3 partidos con
mayor cantidad de votos a su candidato a la gobernación, (5) establecer que la selección
de jueces en la rama judicial, fiscales en el DJ y funcionarios similares en
las agencias administrativas y el Panel sobre el Fiscal Especial Independiente para
atender cualquier caso se haga por sorteo al azar.
Ciertamente, aceptar esta alianza
y apoyar algunas de estas medidas causará críticas de parte de los vividores de
la colonia y de la ignorancia del Pueblo, recibirán amenazas de retiro de
apoyos, por decir lo menos. Exhorto a
todos los legisladores que resulten electos a que siguiendo el ejemplo de Cincinato: cumplan con su misión histórica y retírense a sus vida privada voluntariamente,
o si deciden volver a postularse, asuman que podrían ser derrotados por la
maquinaria corrupta de los partidos en venganza.
¿Seguiremos escuchando las frases
ridículas de “el pueblo me reclama”, “tengo una agenda que quiero completar”, “la
gente me para en la calle y me dice que siga pa’lante”? O, ¿habrá quienes
decidan formar parte de los Cincinnatus Portoricensis?
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