El Síndrome de la Junta de Control Fiscal Federal
(SJCFF) es uno observado entre los políticos y sus seguidores habitantes de
colonias semi-milenarias (500+ años) que luego de “lograr” un grado de
autonomía termina volviendo a su estado colonial puro cuando la metrópolis
imperial decide que los colonos no ha logrado administrar su territorio (el de
la metrópolis) de manera adecuada. Este síndrome presenta una
combinación de síndromes muy raros (como rara ha sido la relación de la colonia
con la metrópolis).
Para comenzar, una de las primeras manifestaciones
del SJCFF afecta a la clase política de la colonia. Se observa como
esta clase sin quererlo acepta decisiones de la metrópolis que
van en contra de su propia existencia y hacen negociaciones con líderes
políticos de la metrópolis sin poder controlarlo. Algo
así como el síndrome conocido como “síndrome de la mano extraña” donde la mano
(clase política) del paciente (colonia) cobra "vida propia". La clase
política pretende tomar o manejar objetos (la Junta, las primarias
presidenciales) sin quererlo o sin poder controlarlo.
En el proceso de justificar sus acciones, la clase
política manifiesta una conducta similar a las que caracterizan al “Síndrome
de Ganser” cuando son confrontados por los periodistas. Este se
caracteriza por responder a las preguntas de una manera llamativa, aproximada,
sin sentido o evidentemente errónea.
Esto a su vez provoca que la prensa detecte en los
políticos lo que se conoce como el “Síndrome de olor a pescado” o como dice un
conocido periodista “me huele a peje e’Maruca” el cual es causado por la
deficiencia de una enzima que pierde la capacidad para degradar la
trimetilamina (TMA) lo que genera un fuerte olor a pescado liberado por
aliento, sudor y orina. Una dieta libre de TMA (o una mayor honestidad y
transparencia en el caso de los políticos) puede reducir los síntomas.
Aunque creo que a los políticos les va a ser muy
difícil lograr ese nivel de honestidad y transparencia ya que muestran, además,
los síntomas típicos del “Síndrome de Koro” ante la preocupación,
miedo o creencia irracional, de que su pene (potencia, fertilidad, autoridad)
se están reduciendo y van a desaparecer en breve (aunque en su caso no es tan
irracional) al ver como la Junta los manejará como marionetas por lo que tendrán
que seguir mintiéndole al pueblo ignorante que los sigue.
Una vez aprobada la JCFF veremos a los políticos
como caníbales consumiendo los restos mortales del ELA lo que podría causar en
estos el “Síndrome de Kuru” que puede producir la muerte por un ataque
descontrolado de risa como se detectó en miembros de la tribu Fore de Nueva
Guinea quienes adquirieron esta condición luego de comerse los restos de
miembros fallecidos de su tribu.
Esperemos que el pueblo reaccione pronto y salga
del sueño que nos hicieron vivir o de lo contrario podría ser víctima del Síndrome
de muerte súbita inesperada (muerte repentina de adolescentes y
adultos, a menudo durante el sueño).
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