domingo, 10 de julio de 2016

Presente y Futuro del Equipo Nacional de Baloncesto

¿Por qué Serbia nos superó tan fácilmente?  La contestación más obvia es: porque son más altos.  Sin embargo, si comparamos la plantilla de ambos equipos vemos que, en promedio, la diferencia en estatura es de alrededor de 1 a 2 pulgadas.




Sin embargo, cuando analizamos los cuadros iniciales esta diferencia se hace más notable:



Ya vemos como la diferencia ya alcanza las 3 pulgadas cuando PJR no está en juego.  Pero la diferencia en estatura por sí solo no justifica el dominio de Serbia.  Irónicamente, nuestra “mejor jugador” resulta ser nuestra mayor debilidad.  Me refiero a JJ Barea, y no le estoy echando la culpa de la derrota a él, si no fuera por el o por C. Arroyo no hubiéramos podido bajar la bola de media cancha.  Ninguno de las defensas o delanteros pequeños de PR tiene dominio de “dribleo” y mucho menos cuando se les presiona.

Si JJB (y me refiero a su coraje, corazón y vergüenza) fuera un “small forward” pequeño (6’4”-6’5”) o un “shooting guard” pequeño (6’1”-6’2”) y tuviéramos un armador de estatura “normal” (6’3”-6’4”) con buen dominio del balón y con un tiro razonable podrían crearse jugadas para hacerle llegar el balón.  Pero si él tiene que bajar el balón defendido por jugadores que le aventaja en 5-6 pulgadas y que si los deja atrás y logra penetrar se encuentra con jugadores que le aventajan en más de 1 pie no puede producir ofensivamente y es prácticamente imposible hacer pases a un compañero que queda solo porque no tiene visibilidad o porque el alcance de los brazos de los jugadores que lo defienden se lo dificultan.  Posiblemente esta  fue la razón para dejar fuera a Larry Ayuso.  Imaginen que hubiera que tener 3 jugadores nada más que para hacerle cortinas a JBB para que pudiera mover el balón y a la misma vez hacerle cortinas a Ayuso para que le llegara el balón y tirar de 3, necesitaríamos por lo menos jugar con 8 jugadores en cancha.

Vayamos ahora al aspecto defensivo donde la diferencia en estatura permanece o empeora ya que si el contrario busca crear cortinas para el jugador que defiende JBB, pasa una de dos cosas: (1) van “machucando física y emocionalmente a JBB o (2) el queda defendiendo a un jugador aún más alto lo que nos debilita en el rebote defensivo.  Lamentablemente, en el baloncesto internacional, contrario a la NBA donde no se promueve la defensa, los teatros de los jugadores pequeños que chocan con jugadores que le superan por 1 pie de estatura y una 100 libras de peso ya no resultan en faltas pitadas por “pena” mientras que los efectos físicos siguen siendo reales.  Estos golpes se van acumulando hasta que tienen el efecto emocional que provoca discusiones con los árbitros y las consecuentes faltas técnicas o la desesperación en el movimiento del balón buscando provocar que le canten faltas a los jugadores que lo defienden.

Sobre los hombres grandes he llegado a las siguientes conclusiones:

  • PJR ya no va a dar más de lo que vimos este año.  Si no juega con intensidad e inteligencia y no llega a su mejor condición física lo más que hará será dominar a nivel centroamericano, de panamericano para arriba jugara por momentos.
  • Ricky Sánchez tampoco va a dar más.  Lamentablemente RS es un jugador que cada vez que coge el balón, aunque este solo, parece que le tienen un “double team” encima.  Por lo que vemos en TV, ya él está conforme con su actuación, no vemos coraje o tristeza o vergüenza por la manera en que falla en ambos lados de la cancha.
  • JB Díaz fue una nota esperanzadora.  Jugo mucho mejor de lo que se esperaba y creo que de ahora en adelante se le debe otorgar la posición regular en el equipo nacional.  No porque sea mejor que PJ Ramos en este momento, pero su físico es más que suficiente para su posición y ha mostrado una habilidad y agilidad en la ofensiva mayor que la de PJ Ramos.  No sería justo dejar a JBD en el banco esperando que PJR se retire porque PJR todavía es joven y a menos que el decida retirarse de la selección deberá estar ahí.  Sin embargo, PJR no mejorara mientras que con JBD tenemos esperanza de que con más tiempo de juego adquiera más confianza en sus habilidades.

El resto de los jugadores hicieron su juego habitual (aunque creo que la mayor decepción fue D. Huertas) y dieron todo su mayor esfuerzo y produjeron lo que sus habilidades le permitieron.

Por último, quisiera comentar sobre la historia del baloncesto en los últimos 40 años y lo que nos espera en el futuro.  Me gustaría que alguno de los expertos del baloncesto me digan si en todo este tiempo los únicos jugadores puramente boricuas que han tenido un impacto y han sido protagonistas en el equipo nacional no han sido Teo Cruz, Quijote Morales, Piculín Ortiz, Carlitos Arroyo y ahora JJB.  Hagan memoria y verán que el núcleo de la selección siempre fue de jugadores “niuyoricans”: Dalmau, Neftalí, Blondet, Rubén Rodríguez, Earl Brown, Valderas, Cora, Sosa, Pellot, Fantauzzi, Torruellas, George Torres, Ángelo Cruz, etc.  A esto le añadimos americanos naturalizados o nacidos por casualidad en PR como Raymond Gausse, Mincy y Butch Lee.  No incluyo a Fico López porque él es un jugador hijo de atletas cubanos y nacido en México.

En la medida en que la mina de los “nyricans” se fue agotando se aprobó entonces que los nietos de puertorriqueños pudieran jugar.  Esto no ha podido proveer jugadores en la misma cantidad que llego en la década de los 70’s, ni con la misma calidad de juego.  Inclusive, hemos visto como en el caso de jugadores con potencial de brillar en nuestro baloncesto ya no tienen ese sentimiento patrio que los motivaba a regresar al país de origen de sus padres y abuelos y terminan aspirando a jugar en la NBA como prioridad y si no lo logran se mantienen en la NBDL o se van a jugar de refuerzos en otros países.  Ante este cuadro es de admirar la disponibilidad de John Holland para representa a PR teniendo garantizado su participación con Boston en la NBA y arriesgándose a sufrir una lesión.  Otro asunto que ha disminuido la disponibilidad de jugadores para la selección lo es la practica cada más común de que nuestros mejores jugadores juveniles se van a cursar su escuela superior en escuelas de los EEUU.  Un joven que se va de su país a los 15 años para estar 3 años para terminar la secundaria y luego estudiar 4 o 5 años en una universidad americana poco a poco va incorporando a su siquis el sueño americano (jugar NBA) y alejándose del ay bendito boricua (sacrificarme por la selección nacional).  Ya vimos el caso de Guillermo Díaz que una vez graduado de universidad y no habiendo logrado llegar a la NBA estuvo unos 3 años jugando de refuerzo a nivel internacional antes de integrarse al BSN ya que exigía una paga por encima del tope reglamentario para jugadores de nuevo ingreso.


¿Que nos depara el futuro? La actual crisis económica, al igual que la crisis que enfrentábamos a mediados del pasado siglo, ha motivado una inmensa oleada migratoria, igual o mayor que la anterior.  Por lo tanto, habrá que esperar unos 15 a 20 años para que una nueva camada de “orlandoricans”, “texasricans”, “etc-ricans” con la habilidad que desarrollen en los programas deportivos de sus estados y el patriotismo que sus padres les inculquen llenen el hueco que dejaron sus predecesores.

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